Secretos desvelados: Letizia, entre la infidelidad y la enfermedad, es el título que captura la atención en una portada reveladora extranjera, la cual parece confirmar los rumores que circulan alrededor de la figura de la reina Letizia de España. Según se reporta, la Zarzuela estaría empleando una táctica de abuso psicológico conocida como «hacer luz de gas» contra Letizia. Este método consiste en manipular a alguien de manera sutil para hacerlo dudar de su percepción de la realidad, generando confusión y desorientación.
A simple vista, la reina continúa con su agenda habitual, manteniendo su matrimonio y su posición dentro de la Casa Real sin alteraciones aparentes. Sin embargo, los informes sugieren que, en realidad, está siendo progresivamente marginada, subestimada y relegada a un segundo plano. Esta semana, un nuevo episodio parece confirmar esta tendencia: la Casa Real ha anunciado que la reina Sofía presidirá tres actos oficiales por sí sola, mientras que Letizia solo encabezará uno, relacionado con el apoyo a las enfermedades minoritarias. El resto de la semana, la reina Letizia o bien acompañará al rey sin mayor protagonismo o permanecerá alejada del ojo público dentro del Palacio, lo que añade peso a las especulaciones sobre su situación actual dentro de la monarquía española.
8La incógnita de la agenda de Zarzuela
Esta interrogante se hace aún más pertinente al observar las decisiones recientes respecto a la agenda oficial de la Casa Real. Al relegar a Letizia a un segundo plano, otorgando mayor visibilidad a la reina Sofía, Zarzuela envía mensajes contradictorios. Si la intención es proteger a Letizia, manteniéndola alejada del escrutinio público debido a su estado emocional, podría entenderse como un acto de cuidado. Sin embargo, si el trasfondo de estas acciones es preparar el terreno para un eventual anuncio de divorcio, utilizando el mismo modus operandi con el que Felipe ha manejado situaciones familiares conflictivas en el pasado, la situación adquiere un matiz mucho más sombrío.
La posibilidad de que Letizia termine siendo públicamente desacreditada y enfrentando las consecuencias de un divorcio anunciado a través de un comunicado, refleja la severidad y la complejidad de las dinámicas internas de la Casa Real. La preocupación por ser vista como adúltera y el temor a un abrupto final a su matrimonio agravan el estrés y la ansiedad que Letizia ya enfrenta, sumergiéndola en un estado de incertidumbre y vulnerabilidad.
