El plátano es una fruta muy completa en términos de nutrientes. Su alto contenido en potasio es esencial para regular la presión arterial y prevenir calambres musculares, lo que lo convierte en una excelente opción para deportistas o personas activas. Además, su riqueza en vitaminas, especialmente la vitamina B6 y la vitamina C, contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunológico y al metabolismo energético.
En cuanto a los carbohidratos, los plátanos contienen principalmente almidón resistente, un tipo de carbohidrato que actúa como prebiótico en el intestino, alimentando a las bacterias beneficiosas que habitan en nuestro sistema digestivo. Estas bacterias ayudan a mantener un equilibrio saludable en la microbiota intestinal, lo que a su vez puede tener efectos positivos en la digestión, la absorción de nutrientes y la salud en general. Por lo tanto, el consumo regular de plátanos puede ser beneficioso para la salud digestiva y el bienestar general.
6CÓMO CONSERVARLO
Para conservar los plátanos en casa, es importante mantenerlos a una temperatura adecuada, que oscila entre los 10 y 20°C. Evita exponerlos directamente al sol para evitar una maduración rápida que podría llevar a que se pongan negros en poco tiempo.
En caso de que la temperatura ambiente sea muy alta, puedes guardar los plátanos en el refrigerador, preferiblemente en la parte menos fría o envueltos en papel para protegerlos de cambios bruscos de temperatura que puedan alterar su proceso natural de maduración. El tiempo que tardarán los plátanos verdes en madurar dependerá en gran medida de la temperatura a la que se guarden. Una temperatura más cálida acelerará el proceso de maduración, mientras que una temperatura más fresca lo ralentizará.
Si los plátanos están cerca de terminar su maduración y no se van a consumir a tiempo, una opción es congelarlos. Para hacerlo, se pueden pelar, cortar en rodajas y guardar en una bolsa de congelación. De esta manera, se pueden utilizar más adelante para preparar batidos u otros platos.