Uno de los presuntos espías rusos que asesoró a los independentistas catalanes antes y después de la fallida Declaración Unilateral de Independencia (DUI) en 2017 se fugó de la Clínica Diagonal de Barcelona dejando a deber casi 20.000 euros de una factura por cuidados médicos, en total 19.842,40 euros.
Se llamaba Sergei Motin y murió en un apartamento de Moscú por causas desconocidas poco después de fugarse de Barcelona sin pagar. Motin fue el primero de una lista de rusos caídos bajo «fuego amigo», al igual que le ocurrió al piloto de helicóptero Maksym Kuzminov el pasado 13 de febrero en la localidad alicantina de Villajoyosa, donde residía tras haber desertado del ejército ruso durante la guerra de Ucrania. Motin fue el primero en la lista, tan desconocido como convenía a su condición de espía y asesor militar.
El asesinato a tiros de Kuzminov se une a la extraña muerte de un oligarca ruso de hace un año, Serguéi Protosenya, de 55 años, ocurrido en abril de 2022. Protosenya tenía una fortuna cercana a los 500 millones de dólares y era uno de los máximos responsables de la importante empresa petrolera y de gas Novatek. Apareció ahorcado en el jardín de la casa de Lloret de Mar. Su mujer Natalia y su hija María fueron apuñaladas supuestamente por el padre de familia antes de quitarse la vida.
MOTIN MURIÓ POCO DESPUÉS DE VISITAR CATALUÑA
Aunque estrictamente la muerte del espía Motin no ocurrió en España, sí es cierto que murió poco después de su paso por Cataluña. El presunto espía de Putin es la persona que habría ofrecido un ejército de 10.000 soldados rusos si los seguidores de Puigdemont decidían proclamar la independencia a la fuerza.
Hay que remontarse al 16 de junio de 2018 en una comisaría de Mossos d’Esquadra en la localidad catalana de Esplugues de Llobregat cuando el hombre se presentó para denunciar la sustracción de su pasaporte en el Paseo Marítimo de Sitges. El hombre, que dijo llamarse Sergei Motin, de 69 años de edad, residente en Kaliningrado explicó a los agentes que el suceso habría ocurrido el 20 de mayo, pero tardaba casi un mes en denunciarlo.
Hasta ahí todo parecía normal, un turista al que le habían robado el pasaporte. Pero el 26 de junio de ese mismo año un apoderado de la Clínica Diagonal de Barcelona interponía demanda por una presunta estafa de 20.000 euros en concepto de pago no realizado por servicios médicos de la clínica.
LA CLÍNICA DENUNCIÓ A MOTIN
Explicaba el gerente de la clínica en su denuncia ante los Mossos que «el pasado 24 de mayo de 2018, después de una revisión médica practicada al señor Sergei Motin se le detectó una enfermedad que obligaba a su ingreso hospitalario». Previamente el presidente de la Fundación CATmón, Víctor Terradellas, un empresario muy cercano a Puigdemont, se había puesto en contacto con el propietario de la clínica para que atendiesen de su parte al señor Motin. Como el señor Motín no hablaba castellano siempre estaba acompañado en los trámites por un empresario que habla ruso llamado Jordi Sardá.
Según el sumario de la Operación Voloh que instruye el juez Aguirre en Barcelona, Sardá y Sergei Motin fueron dos de las personas que se reunieron con Carles Puigdemont el 26 de septiembre de 2017 junto a otro agente del Kremlin, Nikolay Sadovnikov.
Éste ultimo propuso a Puigdemont un encuentro con Putin, mientras que Sergei Motin, asesor militar, habría puesto sobre la mesa la oferta de los 10.000 soldados rusos para proclamar la independencia de la llamada «república catalana». En la misma reunión también habría estado presente el empresario Víctor Terradellas, aunque en un segundo plano. Éste reconoció ante el juez Aguirre, que investiga la injerencia rusa en el procés, haber viajado a Rusia en dos ocasiones.
LOS GASTOS MÉDICOS DE MOTIN, UNA DEUDA CRECIENTE
Los gastos médicos de Sergei Motin generaban deuda diariamente, así que la secretaria del gerente de la clínica reclamó el pago de la misma hasta que el 22 de junio dio un ultimátum al deudor, o abonaba la factura o acudirían a la Justicia para reclamarla, lo que finalmente ocurrió.
El 24 de junio de 2018 el personal de la Clínica comprobó que Sergei Motin había abandonado la misma en un vehículo junto a otras tres personas, según pudieron comprobar en las cámaras de seguridad del recinto médico. La denuncia asegura que Motin tomó un avión a Moscú el lunes siguiente. El consulado ruso en Barcelona confirmó al juez Aguirre que había expedido un documento de urgencia para que Motin pudiese salir de España. Sólo la estancia del espía ruso en la clínica, intervenciones y pruebas aparte, ascendió a un coste de 5.304 euros.
APOYO DE PUTIN A LA DUI DE PUIGDEMONT
El apoyo de Vladimir Putin a la independencia de Cataluña era fundamental desde el punto de vista económico. Tanto era así que incluso un grupo de trabajo de los independentistas fue formado solo con el objetivo de investigar el campo de las criptomonedas como motor económico de la hipotética república catalana.
En la prórroga de la investigación dictada a finales de enero en un auto por el juez Aguirre el instructor recuerda que «se puso de manifiesto que los líderes independentistas estaban diseñando, precisamente, el banco central catalán del que el Instituto Catalán de Finanzas sería el embrión, elemento fundamental para garantizar la soberanía monetaria y financiera de un eventual estado independiente».
Dio igual porque Carles Puigdemont acabó huyendo de España en el maletero de un coche y la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) de Cataluña anunciada por Puigdemont no pasó de un gesto simbólico.