Es imposible entender el alumbramiento de Podemos hace poco más de 10 años sin valorar el papel de Miguel Urban, que fue uno de los dirigentes que convirtieron la corriente trotskista de IU, Espacio Alternativo, en un partido autónomo, Izquierda Anticapitalista, que tras estrellarse en solitario en las generales de 2011 se transformó en Anticapitalistas, o ‘Anticapis’.
Aquella fue la semilla de la formación morada, que en sus inicios utilizó la estructura del partido que lidera Urban, eurodiputado desde 2014 y este año, tras dos legislaturas, deja la primera línea de fuego política. La ruptura de Anticapitalistas con Podemos en 2020, y la imposibilidad de que los trotskistas se entiendan con una fuerza reformista como Sumar, abocan al adiós de Urban a Bruselas tras 10 años de trabajo.
LIBROS Y TESIS
Urban acaba de publicar el libro ‘Trumpismos. Neoliberales y autoritarios’ en el que asegura que la democracia peligra «pero no solo por la extrema derecha. Estamos ante una auténtica crisis sistémica, una crisis del capitalismo por la conjunción de la crisis de la globalización feliz del neoliberalismo progresista, que dice Nancy Fraser, y una mutación a un neoliberalismo cada vez más autoritario, conjunto con una crisis ecológica y climática que ha puesto en tela de juicio el mantra del capitalismo del crecimiento sin límite y del futuro como progreso».
«Ahora podemos ver que el futuro puede ser miseria. Ante estas lógicas y estos miedos, el menor de los trillizos de la Modernidad, que es la democracia liberal, está en cuestión», ha señalado en una entrevista en la Cadena SER.
El motivo del auge de la extrema derecha, según Urban, es «el miedo y la falta de esperanza. El miedo sobre el que se construye el autoritarismo y sobre el que se construye un proyecto político reaccionario, que es lo que define a esta extrema derecha, que no es un sarampión europeo, sino un mal internacional. Somos incapaces de imaginar un futuro de progreso, de crecimiento, lo que tenemos es pánico y miedo. En esos pánicos y miedos la extrema derecha propone un proyecto de regreso al pasado».
El miedo y la falta de esperanza explicaría el auge de la extrema derecha, según Urban
El problema de la izquierda, cree el todavía eurodiputado, es que se muestra «incapaz de imaginar un proyecto que supere el capitalismo. Si no conseguimos pensar y construir una alternativa al capitalismo, lo que veremos no será el fin del capitalismo, sino la posibilidad de que los seres humanos vivan en este mundo».
El PSOE tampoco se libró de sus críticas: «Cada vez la extrema derecha marca más la agenda en cuestiones migratorias, securitarias… ¿De verdad pensamos que Marlaska aplica una política migratoria distinta a Meloni o sustancialmente distinta? El Partido Socialista ha negociado con Meloni desatascar el pacto migratorio que criminaliza los barcos de rescate en el Mediterráneo. Ese es el problema».
REFUNDACIÓN FALLIDA TRAS ROMPER CON PODEMOS
El acuerdo de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos a inicios de 2020 llevó a ‘Anticapis’ a escindirse de Podemos tras acusarles de «subordinarse» a los socialistas. Urban se lanzó al cuello del Ejecutivo que se conformó por los primeros presupuestos, «insuficientes y continuistas con el modelo liberal».
Las medidas sociales del Gobierno conformado en 2020 y el buen funcionamiento de la economía española complicó la postura de Anticapitalistas, que creyó que podría liderar la oposición callejera al Ejecutivo antes de comprender que no iba a ser fácil reposicionarse.
En 2021, con Urban y los andaluces ‘Kichi’ y Teresa Rodríguez como estrellas, ‘Anticapis’ lanzó un proceso de escucha refundacional «por todo el Estado español para debatir la coyuntura social y política que se abre ante los movimientos de la derecha y la izquierda parlamentaria en los distintos territorios», añadían.
La falta de respuesta por parte de la ciudadanía abortó el proceso que consistió en poner en marcha asambleas abiertas «para pensar qué hacer ante los movimientos de la derecha y la izquierda parlamentaria en los distintos territorios, pero sobre todo para organizarnos sin renunciar a nuestras ideas frente a lo realmente importante de esta crisis social y económica que ya está aquí, y nos quieren hacer pagar a las de siempre».
La intención de la dirección era impulsar un proyecto para «acabar con los desahucios y garantizar el derecho a la vivienda, para defender nuestras libertades, para acabar con el racismo institucional y cerrar los CIEs, para acabar con el patriarcado y reconocer los derechos de todas las personas empezando por la ley trans, frente al ascenso de una extrema derecha cada vez más envalentonada, por la abolición de la monarquía y la ley mordaza y, para ante todo, tomarnos en serio una transición ecológica, nos organizamos juntas para encontrar y empezar a andar el camino».