El PSOE y Junts, liderado por Carles Puigdemont y su fiel escudera en el Congreso de los Diputados, Míriam Nogueras, han pactado la amnistía. Así lo aseguran fuentes conocedoras de las negociaciones, pero se ha impuesto la «ley del silencio» hasta después de las gallegas.
Los independentistas han conseguido absolutamente nada hasta ahora, a pesar de las grandes promesas realizadas por el PSOE. Por el momento, los socialistas han obtenido su victoria con la convalidación del escudo anticrisis sin ofrecer ninguna solución a la actual redacción de la ley de amnistía.
«El acuerdo está hecho», han asegurado fuentes conocedoras de la situación a MONCLOA. En este sentido, han destacado que tanto el PSOE de Pedro Sánchez como Junts, con Míriam Nogueras como principal voz de Puigdemont, lo anunciarán después de las elecciones en Galicia, unos comicios que se celebrarán el próximo 18 de febrero. «Se ha impuesto la ley del silencio hasta después de las gallegas», han asegurado las mismas fuentes.
Todo ello, tras cumplirse este mismo viernes tres meses del pacto de legislatura entre PSOE y Junts, con la imputación de Puigdemont en el Supremo y la presión de la Fiscalía al juez Manuel Marchena, presidente de la Sala de lo Penal. Puigdemont no se siente intimidado por estas «acusaciones delirantes», tal y como ha asegurado, pero sí está presionado por su propia estrategia de llevar toda la negociación al límite. «No se puede caminar por el precipicio todo el tiempo, al final siempre habrá un resbalón», han incidido las fuentes consultadas.
2.600 AMNISTIADOS, LA GRAN BRECHA ENTRE JUNTS Y PSOE
En este sentido, una vez presentado el pacto y aprobada la amnistía, que no será para los 4.000 beneficiarios. De hecho, el PSOE aceptará un máximo de 1.400 amnistiados, pero Puigdemont insiste en la totalidad de los encausados, multados e identificados para borrar todos los antecedentes policiales. «Es nuestra línea roja», afirman desde Junts.
No obstante, es un mensaje de cara a la galería. Tanto en Waterloo, donde reside el prófugo de la justicia, como Ferraz conocen perfectamente la imposibilidad de agotar una legislatura con la tensión ejercida hasta ahora. Y es que, tanto Puigdemont como Pedro Sánchez penden de un hilo en cada votación. El motivo de esta situación es la «inexperiencia» política de la parte más radical de Junts, con Laura Borràs al frente.
La expresidenta del Parlament, condenada a cuatro años de cárcel y 13 años de inhabilitación, es la parte más contundente en el relato independentista sobre la amnistía. Así, ha exigido la amnistía para los 4.000 encausados y multados por las algaradas y graves disturbios, investigados por terrorismo por la Audiencia Nacional y que algunos esperan ahora la decisión del Tribunal Supremo, como el propio Puigdemont.
JUNTS TRATA DE AISLAR A BORRÀS
«El sector encabezado por Borràs acabará fuera de Junts», puntualizan las mismas fuentes. En este sentido, recuerdan que Junts no es la antigua CiU. «No tienen nada que ver tras el aterrizaje de personas ajenas anteriormente a la política, con un discurso radical y sin un objetivo político definido», señalan. «No tienen una estrategia definida y al final se impondrá la racionalidad», han apuntado.
En la parte del PSOE deslizan el nerviosismo en la negociación con Junts. «Aguantar hasta el final tiene un riesgo alto», han señalado. Así las cosas, han corroborado el pacto, pero no se dará a conocer hasta después de los comicios gallegos. «No podemos estar en cada votación en esta situación», han destacado en referencia a las negociaciones con Junts, que lleva al extremo las tensiones, pero por ahora sin conseguir nada.
No obstante, las mismas fuentes socialistas destacan la incidencia de la amnistía en la sociedad. «Se percibe cierto hartazgo, especialmente en Cataluña», han sostenido. Y es que, la ley de amnistía está perjudicando a Salvador Illa más que beneficiando. «Está rompiendo las filas, hasta el punto de tener que ensanchar el voto con el nicho de Junts y ERC», han dicho.
JUNTS NO ACEPTA PARCHES, PERO TAMPOCO PUEDE ENROCARSE
Puigdemont, por otro lado, está muy pendiente de los cambios de la ley de Enjuiciamiento Criminal, aunque no eran parte del objetivo fijado en la negociación con el PSOE. En este sentido, sí ve loable que se acorten los plazos para investigar supuestos casos de corrupción y terrorismo, pero en «ningún caso va a aceptar un parche».
En este sentido, las fuentes consultadas han destacado que se necesita «fiabilidad» y «confianza» en la negociación. «Puigdemont ha perdido toda confianza en el PSOE y en Pedro Sánchez», han señalado, si bien en privado los comentarios son muy distintos. Al mismo tiempo, las fuentes conocedoras de las intenciones independentistas destacan en público la exigencia de una amnistía antes de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, un motivo más para tapar la negociación hasta después de las elecciones gallegas.
De hecho, el PSOE ocultó a sus propias bases los acuerdos con las formaciones separatistas para convalidar la nueva estrategia política internamente, dando así un cheque en blanco para poder pactar la amnistía, quitas de deuda y otros privilegios que abren brecha en la desigualdad entre los españoles.