En todos los hogares, la pasta es un plato recurrente en los menús semanales. Es fácil de preparar, económico y gusta a todos, grandes y pequeños. Incluso recetas clásicas como los macarrones con bechamel que te presentamos a continuación siguen siendo deliciosamente interesantes. Solo necesitas hacer una buena salsa bechamel para cubrir los macarrones antes de gratinar en el horno, y puedes elegir el queso que más te guste.
Como puedes imaginar, esta receta es totalmente personalizable: puedes añadirle bechamel y bacon, bechamel y tomate, bechamel y queso, bechamel y chorizo, bechamel y pollo… Las opciones son infinitas y dependen de tu creatividad. En esta ocasión, vamos a utilizar jamón. Para esta receta, optaremos por unos macarrones rayados, que son más atractivos visualmente y tienen mejor capacidad para retener la salsa que los acompaña que los lisos.
8HISTORIA DE LA BECHAMEL
La salsa bechamel tiene sus raíces en la cocina francesa y su nombre proviene del marqués de Béchamel, Louis de Béchamel, un influyente noble francés del siglo XVII que sirvió como mayordomo del rey Luis XIV. Aunque el marqués no fue el creador original de la salsa, se le atribuye haber popularizado su receta y refinado su técnica de preparación. La receta original de la bechamel consistía en una mezcla de mantequilla, harina y leche, cocida lentamente hasta obtener una salsa espesa y cremosa. Esta salsa era muy versátil y se utilizaba como base para otras salsas más elaboradas, como la salsa Mornay (bechamel con queso) o la salsa de champiñones.
Con el tiempo, la bechamel se extendió por toda Europa y se adaptó a diferentes cocinas regionales, incorporando ingredientes y especias locales. Hoy en día, la salsa bechamel es un elemento básico en la cocina de muchas culturas y se utiliza en una variedad de platos, desde lasañas y gratinados hasta croquetas y sopas cremosas. A lo largo de su historia, la salsa bechamel ha mantenido su reputación como una de las salsas básicas más versátiles y deliciosas de la cocina occidental.