Jorge Campos está en el punto de mira de Santiago Abascal. La crisis interna de Vox en Baleares ha hecho saltar todas las alarmas en Vox, que acaba de celebrar su Asamblea Nacional para reestructurar toda la dirección del partido. No habían pasado ni dos días de la celebración de la asamblea cuando estalló la rebelión de cinco diputados de la formación en Baleares. Las suspicacias en la cúpula del partido es que los diputados en rebelión siempre habían sido afines a Campos, diputado balear de Vox en el Congreso de los Diputados.
Los cinco diputados expulsaron Gabriel Le Senne, diputado de Vox y presidente del Parlamento balear, y la presidenta de Vox en Baleares, Patricia de las Heras. La ‘excusa’ había sido las discrepancias sobre la lucha de Vox contra la imposición lingüística. La gota que ha colmado el vaso de los autoproclamados como corriente ‘crítica’ ha sido la creación de la Oficina de la Libertad Lingüística en Baleares, para la que ya hay asignada una dotación de 750.000 euros.
Los críticos han llegado a reconocer ante algún medio de comunicación que las instrucciones se las daba Campos, como cuando forzaron al PP votando en contra del techo de gasto para acelerar su propuesta de libertad lingüística. Pero el propio Campos lleva días eludiendo responsabilidades y evitando implicaciones en la rebelión. En Baleares se recuerda que fue de los más críticos cuando ningún miembro de Vox entró a formar parte del Gobierno presidido por el PP, como ha ocurrido en el resto de las comunidades donde ambas formaciones gobiernan en coalición.
CAMPOS NO HA CONVENCIDO CON SU DESMENTIDO A LA DIRECCIÓN DE VOX
No obstante, los desmentidos de Campos no terminan de creerse en la sede nacional de Vox, que ya tuvo que intervenir en las negociaciones con Marga Prohens para cerrar el acuerdo de investidura de la presidenta balear del PP. Campos quería que se diera algún cargo a Vox a cambio de su apoyo. Pero a Santiago Abascal le bastaron otros compromisos para desarrollar el programa ideológico de la formación, como la libertad de elección de la lengua en las escuelas. A cambio le ofrecieron ser diputado nacional por Vox.
Pero la jugada no salió como Campos esperaba, ya que confiaba en que pusieran a alguien de su confianza para dirigir la formación en Baleares. Era Idoia Ribas, pero Abascal colocó a Gabriel Le Senne en su lugar. Y desde ese momento, Ribas con los otros cuatro diputados regionales críticos decidieron por su cuenta la estrategia a seguir con el PP. Cuando impidieron que saliera adelante el techo de gasto para que Prohens pudiera elaborar sus presupuestos, fue decisión suya, no de la dirección nacional del partido.
A cambio, consiguieron la libre elección de lengua en todos los centros y todas las etapas educativas, algo que se había pactado previamente con el PP para desarrollar a lo largo de la legislatura y no en el primer año. Por el momento, el consejero de Educación del Govern dará a conocer el proyecto piloto este 8 de febrero, según han confirmado a Moncloa.com fuentes de la consejería.
Entonces Campos jugó a doble banda. Por un lado, justificó el comportamiento de Ribas, aunque a Abascal le hizo creer que no compartía ese comportamiento. Al final, la dirección de Vox tuvo que intervenir para que los presupuestos de Baleares para este año fueran aprobados.
ALGUNAS FUENTES DEL ENTORNO DE CAMPOS ASEGURAN QUE SIGUE EN CONTACTO CON LOS CINCO CRÍTICOS DE VOX
El diputado balear, según algunas fuentes consultadas, ha mantenido contacto permanente con el grupo liderado por Ribas, y hasta incluso le han consultado la estrategia a seguir en algunos casos. Por este motivo, nadie se cree que Campos desconociera los pasos que iban a dar los cinco diputados críticos, cuando decidieron expulsar al presidente de la Mesa del Parlamento balear y a la presidenta en Baleares de Vox, notificándoselo a través de un email dirigido al secretario general y recién nombrado vicepresidente, Ignacio Garriga y a toda la cúpula del partido.
La justificación que les dieron fue por «una deslealtad manifiesta de la estructura organizativa de Vox en Baleares con el grupo parlamentario», a lo que agregaban que los dos diputados boicoteaban la actividad parlamentaria de Vox, mientras Le Senne no estaba a la altura del cargo que ostentaba. Por ello, concluía en su correo electrónico, pedían la disolución del Comité Ejecutivo Provincial de Baleares y el nombramiento de uno nuevo.
Ante estos hechos, Abascal pidió a Campos que acabara con la rebelión de Ribas, mientras éste le aseguraba que él no sabía nada. El propio Garriga le exigió que hiciera una declaración pública que le alejaran de las sospechas. De ahí lo que ha escrito en su cuenta de X desmarcándose de la rebelión y defendiendo a la dirección nacional del partido. No obstante, la cúpula de Vox sigue con sus dudas, ya que el diputado, dada su influencia sobre los críticos, no ha frenado la rebelión. Garriga ya ha solicitado al Comité de Garantías del partido la expulsión inmediata de los cinco diputados.
Desde el PP recuerdan a Vox su compromiso para asegurar la gobernabilidad
Para el PP la sorpresa ha sido mayúscula y a falta de confirmación deberán elegir un nuevo presidente del Parlamento balear entre los cinco diputados rebeldes. El portavoz del PP en el Parlament, Sebastià Sagreras, ha pedido a Vox que arregle su situación interna, aunque tampoco se niegan a hablar con Idoia Ribas ni los otros cuatro diputados de Vox. Lo que sí tienen claro en el PP es que si Vox les retira su apoyo y deben ir a unas nuevas elecciones beneficiarían al PP, aunque les insiste en que Vox se comprometió a asegurar la gobernabilidad.