Todos tenemos claro que la pérdida de peso es extremadamente complicada. No solo intervienen factores biológicos, sino también culturales, sociales y psicológicos. Desafortunadamente, el mayor obstáculo suele ser el hambre, una sensación incómoda e intensa que puede impulsarnos a cometer excesos. Sin embargo, no debemos desesperar, ya que el hambre no depende únicamente de nuestra psicología, sino que está mediada por hormonas, siendo una de las más relevantes la grelina.
3LAS DIETAS HACEN QUE AUMENTE EL NIVEL DE GRELINA
Numerosos estudios científicos han demostrado que la mayoría de quienes intentan hacer dieta recuperan su peso original en un año o incluso menos. Es lo que se conoce como «efecto rebote», un fenómeno que se debe, en parte, al aumento del apetito y a las hormonas que regulan el metabolismo, las cuales buscan mantener y recuperar el peso perdido. En resumen, cuando reducimos la ingesta de energía, el cuerpo comienza a producir estas hormonas que intensifican el hambre, dificultando aún más la pérdida de peso. Las dietas restrictivas pueden impactar en la grelina, ya que el organismo interpreta una escasez de alimentos, aumentando los niveles de esta hormona para estimular el apetito.