Perder peso es la meta primordial de aproximadamente el 70% de los españoles, según revela una encuesta realizada por una reconocida cadena de supermercados. Sin embargo, alcanzar este objetivo no se reduce simplemente a ingerir menos alimentos y aumentar la actividad física, como nos han sugerido durante años. La noción de que la fuerza de voluntad es suficiente para adelgazar resulta ser más compleja de lo que parece, ya que está en juego una cuestión fundamental: el hambre.
7HAMBRE MENTAL
El hambre mental se manifiesta cuando la mente dicta juicios sobre qué alimentos «debemos» o «no debemos» consumir, categorizando algunos como «buenos» y otros como «malos», o estableciendo listas de alimentos «permitidos» y «prohibidos». Estos mensajes mentales se construyen y refuerzan a lo largo de nuestra vida, influenciados por información proveniente de dietas, anuncios, estudios, redes sociales, modas, opiniones de compañeros y recomendaciones médicas. Esta forma de hambre refleja las percepciones y creencias arraigadas en nuestra mente en relación con la alimentación. La información (de fuentes fiables) es la mejor forma de combatir este tipo de hambre.