domingo, 24 noviembre 2024

Estos son los diferentes tipos de hambre que suelen boicotear tu dieta

Perder peso es la meta primordial de aproximadamente el 70% de los españoles, según revela una encuesta realizada por una reconocida cadena de supermercados. Sin embargo, alcanzar este objetivo no se reduce simplemente a ingerir menos alimentos y aumentar la actividad física, como nos han sugerido durante años. La noción de que la fuerza de voluntad es suficiente para adelgazar resulta ser más compleja de lo que parece, ya que está en juego una cuestión fundamental: el hambre.

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HAMBRE AMBIENTAL, RELACIONADA CON LOS SENTIDOS

El hambre ambiental, dentro del contexto del hambre hedónica, se origina en estímulos externos en lugar de necesidades físicas reales. La simple exposición a factores ambientales como olores apetitosos, la visión de alimentos tentadores o incluso la reflexión sobre nuestros platos favoritos puede desencadenar una sensación de hambre, independientemente de si nuestros depósitos de energía están llenos.

Un ejemplo común de hambre ambiental es cuando, a pesar de estar satisfechos después de una comida, sentimos el deseo de pedir un postre en un restaurante específico porque nos encantan sus opciones dulces. Este tipo de hambre es indulgente y selectivo, impulsado por la búsqueda del placer y la satisfacción inmediata asociada con alimentos específicos. A diferencia del hambre fisiológica, el hambre ambiental no está vinculado a la necesidad biológica de nutrientes, sino más bien a respuestas emocionales y ambientales. Reconocer estas diferencias puede ser clave para tomar decisiones alimenticias más conscientes y equilibradas.