El truco para hacer un potaje de habichuelas mejor que el de tu abuela

El potaje de habichuelas es como un abrazo gastronómico que lo tomes donde lo tomes, siempre te recuerda a la calidez del hogar. Este plato es una joya gastronómica que nos conecta con la esencia reconfortante de la cocina casera, preparada con ese toque especial de cariño y la riqueza de nuestros sabores más auténticos. Es la respuesta perfecta cuando buscas llevar a tu mesa un festín que, sin duda, conquistará a todos con su delicioso encanto tradicional.

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REMOJAR LAS HABICHUELAS

El día previo, comenzamos empapando alrededor de 300 g de habichuelas, asegurándonos de que queden bien cubiertas de agua, ya que tienden a absorber bastante. Luego, nos lanzamos a la acción al colocar las habichuelas en una olla y las cubrimos con suficiente agua, llevándolas a ebullición. Para evitar que se rompan, las «asustamos» tres veces: cuando empiezan a hervir, añadimos agua fría para interrumpir la cocción, dejamos que vuelva a hervir y repetimos este proceso tres veces, retirando la espuma que se forma en la superficie.