El potaje de habichuelas es como un abrazo gastronómico que lo tomes donde lo tomes, siempre te recuerda a la calidez del hogar. Este plato es una joya gastronómica que nos conecta con la esencia reconfortante de la cocina casera, preparada con ese toque especial de cariño y la riqueza de nuestros sabores más auténticos. Es la respuesta perfecta cuando buscas llevar a tu mesa un festín que, sin duda, conquistará a todos con su delicioso encanto tradicional.
4REMOJAR LAS HABICHUELAS
El día previo, comenzamos empapando alrededor de 300 g de habichuelas, asegurándonos de que queden bien cubiertas de agua, ya que tienden a absorber bastante. Luego, nos lanzamos a la acción al colocar las habichuelas en una olla y las cubrimos con suficiente agua, llevándolas a ebullición. Para evitar que se rompan, las «asustamos» tres veces: cuando empiezan a hervir, añadimos agua fría para interrumpir la cocción, dejamos que vuelva a hervir y repetimos este proceso tres veces, retirando la espuma que se forma en la superficie.