Marruecos sigue presionando a España. Pese al cambio de Pedro Sánchez sobre la cuestión saharaui, que vino a poner calma en unas relaciones rotas entre ambos países, últimamente Marruecos está dando signos de que quiere más. La pasada semana el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, mantuvo una reunión con su homólogo marroquí, Aziz Akhannouch. El jefe de la diplomacia española aseguró salir contento con la reunión, pero lo cierto es que no logró abrir las fronteras de Ceuta y Melilla con Marruecos. La razón que le dieron los alauitas es que había problemas técnicos.
En teoría, la reunión de Albares y Akhannouch fue preparatoria para la que tendrá lugar entre Mohamed VI y Pedro Sánchez, aun sin fecha, pero Albares confiaba en dejar resuelto el problema de las fronteras, y como ha explicado el presidente de Melilla, Juan José Imbroda (PP), lo que ha vuelto a ocurrir es que Marruecos «lleva toreando a España cinco años» con este asunto y reafirma su apuesta por «mirar al norte» para no estar al albur de «los vaivenes» de las autoridades del país magrebí sobre los temas que afectan a las dos ciudades españolas de norte de África.
Por tanto, las aduanas y pasos fronterizos terrestres tanto para el comercio como para el paso de personas será el primer punto que deban cerrado el monarca alauita y el presidente del Gobierno español. A ello se suma la jurisdicción de las aguas próximas a las Islas Canarias que lleva reclamando Marruecos desde 2020, así como el espacio aéreo del Sáhara Occidental que los marroquíes quiere gestionar en lugar de la actual gestión española. Una vez más los temas de soberanía están por medio y, de ahí la presión de Mohamed VI por muy buenas relaciones que mantenga con Felipe VI.
El segundo encontronazo acaba de ocurrir este fin de semana. Los marroquíes acaban de desvelar cuál será el logotipo del mundial de fútbol 2030 cuya celebración comparte España con Portugal y Marruecos. El punto de fricción es en qué país se celebrará la final del mundial, que España daba por sentado que se celebraría en el Santiago Bernabeu. Sin embargo, Marruecos la quiere en su país. Ya filtró que España, Marruecos y Portugal presentarían candidatura conjunta, y este octubre se adelantó también para confirmar que la candidatura había sido la elegida para preparar el mundial.
MARRUECOS SIGUE DISPUTANDO A ESPAÑA LA SOBERANÍA EN FRONTERAS, AGUAS Y ESPACIO AÉREO
El problema de las aduanas sigue siendo uno de los problemas de fondo en las tensas relaciones con Marruecos. En Ceuta ni siquiera se ha creado y en Melilla (el puesto de Beni Ensar) se cerró. El problema es que a España pueden pasar todos los marroquíes que quieran, pero no está permitido el paso para los españoles desde esas dos ciudades autónomas españolas hacia Marruecos. El ministro español ya hecho saber al gobierno marroquí que España está preparada para esa apertura, pero el primer ministro marroquí, Nasser Bourita, ha alegado cuestiones técnicas para no poder abrir las fronteras.
Se trata de los mismos problemas que se argumentaron en la reunión que tuvo lugar el pasado mes de febrero. La realidad es que Marruecos también quiere que cualquier paso que se autorice a España por las fronteras de ambas ciudades vaya acompañado de una nueva fase de circulación en la frontera para que los marroquíes de las localidades cercanas a Ceuta y Melilla.
La Asociación de Comerciantes y la Confederación de Empresarios de Melilla creen que ha habido bastante tiempo para solucionar el problema, pero como explica a El Español el presidente de la patronal, Enrique Alcoba, es que pese al tiempo transcurrido «no conocemos la hora de ruta ni los plazos». En todo caso, sí es cierto que en las fronteras se están realizando obras y que no está previsto que finalicen hasta el próximo mes de abril. En ese momento, se supone, se abrirán las fronteras y los marroquíes que viven cerca de Ceuta y Melilla podrán pasarlas sin necesitar un visado, solo con el pasaporte.
MARRUECOS TEME QUE UNA VEZ ABIERTAS LAS FRONTERAS MUCHOS DE SUS CIUDADANOS PIDAN ASILO EN ESPAÑA
En el lado español el problema que se ve es qué ocurrirá si llegan avalanchas de ciudadanos marroquíes solicitando el asilo. En estos momentos, Marruecos cuando llegan estas avalanchas suele frenarlas. Pero el problema va más allá, porque una vez con autorización para moverse por España ya se pueden mover por todo el espacio europeo de Shengen. España confía en que se pongan en marcha las que el ministro de Interior español, Fernando Grande Marlaska, llamó «fronteras inteligentes». Aquel proyecto comenzó en 2019, y ya han pasado casi cinco años.
La crisis migratoria cuyo origen son los ciudadanos marroquíes los ha empezado a controlar el país alauita, tras la última gran crisis que invadió las ciudades españoles. Marruecos poco puede hacer con la crisis migratoria que viven las principales islas de Canarias, con Hierro a la cabeza, de los migrantes procedentes de Senegal y Mauritania.
Por lo que respecta a la jurisdicción de las aguas cercanas a las Islas Canarias, el gobierno marroquí aprobó en 2020 y de forma unilateral adaptarse a los convenios internacionales. El problema es que lo que ha decidido parece inamovible ya que el Gobierno de Rabat insiste en que se cumpla la ley internacional de aguas. Tampoco desde el Gobierno de Pedro Sánchez se ha hecho nada para conocer lo que opinan las autoridades canarias, que esperan que se aplique escrupulosamente el derecho internacional y se dedique especial interés a la protección medioambiental. En Canarias su máxima prioridad es defender sectores como el turístico.
Y, por último, el Sáhara. El caballo de batalla de Marruecos, al que ha hecho una primera aproximación Sánchez, aunque granjeándose las críticas de sus socios de Gobierno, con Yolanda Díaz a la cabeza. Mohamed VI sabe que para completar su soberanía sobre el Sáhara Occidental lo primero que debe recuperar es el control aéreo, gestionando la aviación civil desde el aeropuerto de Casablanca, que es a lo que se comprometió Sánchez. En Rabat concretan que el control militar ya se está realizando, pues ya está bajo el dominio de Marruecos «con misiles y maniobras militares».
ALBARES JUEGA AL DESPISTE CON MARRUECOS SOBRE EL SÁHARA
Pese a los acuerdo previos, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, parece estar jugando al despiste con Marruecos. El lunes, 18 de diciembre mostró el apoyo del Gobierno español al enviado especial de la ONU para el Sáhara, Staffan de Mistura, con el que se reunió en Madrid. Se trata del sexto encuentro que Albares y de Mistura mantienen desde noviembre de 2021.
El Gobierno español ha expresado en todo momento su respaldo a la labor de mediación de De Mistura, quien tiene a su disposición aviones de las Fuerzas Aéreas españolas para sus desplazamientos si los necesita. El trabajo del mediador se desconoce, aunque en su primer informe del pasado mes de octubre, pidió a «todos los concernidos» en el conflicto del Sáhara Occidental «mente abierta a la hora de afrontarlo, dejando de lado las condiciones previas y centrándose en los intereses que hay en común». Este informe lo entregó al Consejo de Seguridad de la ONU.
Pero Marruecos pretende ampliar el número de países «concernidos» ya que quiere incluir a Argelia, como su principal valedor del Frente Polisario, mientras que los políticos saharauis quieren ser ellos los que negocien directamente con Marruecos.
El secretario general empleó la fórmula «todos los concernidos» ideada precisamente por De Mistura para solventar el problema de quiénes son las partes en este conflicto, toda vez que Marruecos defiende que también se debe incluir a Argelia, como principal valedor del Frente Polisario, mientras que estos últimos insisten en que cualquier negociación debe ser entre ellos y Rabat.
Asimismo, consideró que las consultas informales bilaterales organizadas por De Mistura en Nueva York el pasado marzo puedan constituir «un nuevo marco sobre el que construir» con vistas a la consecución de un acuerdo. En dichas consultas participaron Marruecos, el Frente Polisario, Argelia, Mauritania y los miembros del Grupo de Amigos, que componen España, Francia, Rusia, Estados Unidos y Reino Unido.
ESPAÑA QUIERE LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA CON MARRUECOS
En todo caso, Albares considera a Marruecos como «un socio indispensable para España y España lo es para Marruecos», de ahí que el jefe de la diplomacia española insista en que con el inicio de la nueva legislatura para el gobierno de Pedro Sánchez sea el momento para «retomar los impulsos y avanzar en la construcción de la nueva etapa en las relaciones entre España y Marruecos».
Desde Exteriores se recuerda que España es el primer cliente y el primer proveedor de Marruecos, mientras que el país magrebí es el tercer mercado de España fuera de la UE, solo por detrás de Reino Unido y Estados Unidos. En 2022, los intercambios comerciales entre ambos países alcanzaron la cifra récord de 20.000 millones de euros, multiplicando por cinco los datos del año anterior.
Ante esta evolución, el ministro español asegura que «la ambición de España es dar un paso más en la integración económica con Marruecos con el horizonte 2030».