Cada vez más personas conviven con la realidad del insomnio, una tendencia que se incrementó desde la pandemia. Aunque sea prácticamente la norma, no se debe subestimar la importancia de dormir bien. Un adecuado descanso no solo fortalece el sistema inmunológico para prevenir enfermedades, sino que también potencia la memoria y el rendimiento cognitivo en general. El insomnio, el trastorno del sueño más común, se caracteriza por la percepción subjetiva de un sueño insatisfactorio en duración y capacidad reparadora, afectando negativamente la calidad de vida al interferir durante la vigilia.
2NI CALIDAD, NI CANTIDAD
Determinar la cantidad adecuada de horas de sueño puede generar dudas, ya que algunas personas podrían no percibir problemas de sueño, especialmente si consumen cafeína o se mantienen activas. Aunque la sabiduría popular sugiere dormir ocho horas diarias, la realidad es más compleja y depende de las necesidades y ritmos circadianos individuales.
El ritmo de vida moderno a veces no concuerda con estos ciclos naturales, llevándonos a ajustar nuestros horarios de sueño para adaptarlos a la jornada laboral. Como resultado, la población activa mundial duerme, en promedio, 1.5 horas menos que en el siglo XX. Se sostiene que las sociedades contemporáneas sufren de una insuficiencia crónica de sueño, con consecuencias peligrosas para la salud y la calidad de vida. Para prevenirlo, se pueden implementar diversas medidas y adoptar prácticas para mantener una higiene del sueño adecuada.
