Hace más de dos décadas que la reina Letizia pasó a formar parte de la familia Borbón. Su compromiso con el jovencísimo príncipe de Asturias, fue el principio de una nueva vida para la entonces periodista. Inició así un proceso de adaptación. Entró en la Zarzuela y comenzó a prepararse para algún día ser lo que es hoy: la consorte. Ahora es mucho más que eso, ya que, además de ser la esposa de Felipe VI, es la madre de la princesa heredera. Ingresar en la monarquía hizo que la antigua comunicadora tuviera que acostumbrarse a la forma de vivir de los royals. Sin embargo, hubo algunas cosas que no encajaban con ella y nunca aceptó.
4La reina Letizia no se santigua
Otro gesto del que la reina Letizia ha decidido desmarcarse. Por motivo de sus creencias, la consorte prefiere no hacer este gesto en actos religiosos. Las únicas instancias en las que la hemos visto hacerlo han sido en su boda y en el encuentro con el Papa Benedicto, donde sí se persignó. Un dato curioso de la monarca es que brinda, pero no bebe. Hace años que reconoció que es abstemia. Es por eso que, cuando hace algún brindis, solo se acerca la copa a los labios, pero nada más. Rompiendo con las tradiciones de la familia de Felipe VI, Letizia muestra que, si bien cambió su vida para estar al lado del hombre que amaba, no está dispuesta a dejar de ser ella misma.