miércoles, 9 abril 2025

Así reacciona nuestro cerebro cuando hacemos o recibimos regalos en Navidad

La Navidad, nos guste o no, tiene un marcado enfoque consumista en naciones occidentales como España. Cada vez más, las festividades se centran en las compras y en el acto de dar y recibir regalos. Aunque muchos disfrutan buscando regalos para sus seres queridos, tanto familiares como amigos, hay quienes lo ven como una tarea estresante y poco placentera.

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La ciencia ha investigado el fenómeno del intercambio de regalos y ha revelado que al recibir un obsequio experimentamos un doble beneficio. Este proceso activa las regiones de placer en el cerebro, relacionadas con el sistema neuronal de refuerzo, así como las áreas cerebrales ligadas a las emociones. Tanto en humanos como en primates, el aprecio por sentir que alguien se ha preocupado por ellos es notable.

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LOS REGALOS NO HACEN FELICES A LOS NIÑOS

Hoy en día, los niños reciben más regalos que nunca, en parte debido a la disminución de la cantidad de hijos por pareja en España (con una media de 1,2 hijos). Esto ha llevado a una inversión en las pirámides familiares, con más ancestros que descendientes. Este exceso de regalos, combinado con consumismo, publicidad y escasez de niños, crea una receta para el exceso.

A pesar de la creencia de que muchos regalos hacen felices a los niños, los especialistas señalan lo contrario. Al abrir los paquetes, algunos muestran placer inicial, pero pronto pasan a otros o ignoran la mayoría. Otros, aunque motivados, ya están ansiosos por lo que recibirán el próximo año, experimentando angustia asociada a la posesión. Esto indica que demasiados regalos o regalos desmesurados pueden no contribuir a la verdadera felicidad infantil.

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