La Navidad, nos guste o no, tiene un marcado enfoque consumista en naciones occidentales como España. Cada vez más, las festividades se centran en las compras y en el acto de dar y recibir regalos. Aunque muchos disfrutan buscando regalos para sus seres queridos, tanto familiares como amigos, hay quienes lo ven como una tarea estresante y poco placentera.
La ciencia ha investigado el fenómeno del intercambio de regalos y ha revelado que al recibir un obsequio experimentamos un doble beneficio. Este proceso activa las regiones de placer en el cerebro, relacionadas con el sistema neuronal de refuerzo, así como las áreas cerebrales ligadas a las emociones. Tanto en humanos como en primates, el aprecio por sentir que alguien se ha preocupado por ellos es notable.
3ELEGIR REGALO PUEDE SER MUY ESTRESANTE
Hacer regalos puede generar estrés en algunas personas por diversas razones. Por un lado, podemos vivirlo con incertidumbre, cuando no tenemos clara nuestra elección. La ansiedad surge al no saber qué regalar, lo que lleva a la corteza prefrontal a esforzarse en la toma de decisiones.
Pensar en exceso si el regalo será bien recibido puede convertir la experiencia en algo estresante. La anticipación de la reacción del destinatario puede generar aún más ansiedad y preocupación. En el momento de intercambiar regalos, tanto el que regala como el que recibe pueden sentirse obligados a demostrar satisfacción, incluso si el regalo no es de su agrado, lo que contribuye al estrés en ambas partes.