La Navidad, nos guste o no, tiene un marcado enfoque consumista en naciones occidentales como España. Cada vez más, las festividades se centran en las compras y en el acto de dar y recibir regalos. Aunque muchos disfrutan buscando regalos para sus seres queridos, tanto familiares como amigos, hay quienes lo ven como una tarea estresante y poco placentera.
La ciencia ha investigado el fenómeno del intercambio de regalos y ha revelado que al recibir un obsequio experimentamos un doble beneficio. Este proceso activa las regiones de placer en el cerebro, relacionadas con el sistema neuronal de refuerzo, así como las áreas cerebrales ligadas a las emociones. Tanto en humanos como en primates, el aprecio por sentir que alguien se ha preocupado por ellos es notable.
2UN VERDADERO CÓCTEL QUÍMICO
El intercambio de regalos entre seres queridos impacta en el cerebro al desencadenar la liberación de sustancias químicas asociadas al placer y la felicidad:
- Oxitocina. Conocida como la hormona de la cognición social, fortalece la confianza y las relaciones emocionales. Abrazar, dar regalos y recibirlos favorece la liberación de esta hormona.
- Dopamina. Establecer metas y lograrlas genera dopamina. Encontrar y adquirir un regalo deseado para ofrecerlo a alguien proporciona una recompensa gratificante.
- Serotonina. La sensación de importancia al recibir un regalo activa la liberación de serotonina, un neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo.
- Endorfinas. Estas «morfinas» naturales del cuerpo actúan como analgésicos y generan una intensa sensación de bienestar. El intercambio de regalos con la familia o la experiencia de comprarlos puede aumentar naturalmente los niveles de endorfinas.