La queja se ha convertido en un hábito frecuente en la vida diaria debido a la gran cantidad de estímulos, carga de responsabilidades y el estrés que solemos sufrir en el día a día. Aunque es común, si se vuelve excesiva, puede afectar negativamente la salud física y mental del cerebro.
Esta conducta puede elevar el riesgo de depresión, ansiedad, enfermedades cardíacas, hipertensión e incluso trastornos del sueño. Por ello, es crucial ser consciente de la frecuencia de nuestras quejas y buscar enfoques más positivos y saludables para enfrentar las adversidades de la vida.
2LAS QUEJAS DAÑAN EL CEREBRO
El exceso de quejas puede afectar la salud cerebral, según un estudio de la Universidad de Stanford, ya que se desencadena un proceso en el cerebro que puede tener impactos significativos en la salud mental a largo plazo. El estudio señala que la repetición de quejas puede alterar la estructura física del cerebro, creando patrones que hacen que sea más difícil para el cerebro detener los pensamientos negativos.
La liberación de cortisol, una hormona asociada con el estrés, es una respuesta biológica al acto de quejarse. Este aumento en los niveles de cortisol también puede tener efectos adversos, ya que el estrés crónico se ha vinculado a diversas condiciones de salud, incluido el daño potencial al tejido cerebral. Además, el impacto de la queja frecuente no se limita solo al individuo que se queja, sino que también puede afectar el entorno social. La constante expresión de pensamientos negativos puede influir en la percepción que los demás tienen de nosotros y en la dinámica interpersonal.