Antojos, ¿quien no los sufre de vez en cuando, o puede incluso que con mucha frecuencia?
Esos caprichos incontrolables de ciertos alimentos que nos impulsan a recorrer distancias para obtener una hamburguesa, a salir bajo la lluvia en busca de un helado o a desviarnos de nuestras responsabilidades solo para disfrutar de una taza de café.
Cuando sentimos ese deseo apremiante por comer algo específico, lo llamamos antojo, una señal que nuestro cuerpo emite para satisfacer una necesidad nutricional inmediata. El reto se presenta cuando interpretamos ese antojo como la necesidad de consumir ingredientes poco saludables. La buena noticia es que si aprendemos a interpretar estos mensajes, podemos sustituirlos por opciones alimenticias más saludables.
7ANTOJO DE SALADO
Las patatas fritas, palomitas, entre otros, representan uno de los deseos más comunes y difíciles de resistir. La cantidad necesaria de sal para el cuerpo ya está presente en los alimentos que consumimos, evitando la necesidad de añadir más. Este antojo puede ser resultado de preferencias adquiridas o incluso tener una causa fisiológica, como la falta de sodio. En cualquier caso, es crucial controlarlo, ya que al igual que con el azúcar, un exceso de sal en el organismo puede dar lugar a enfermedades graves.