Descubre el misterioso encanto: Una ciudad en Castilla-La Mancha esconde 2.500 cuevas subterráneas. ¡Explora este secreto fascinante!

Conocida como una de las ciudades más antiguas de España, Villar de Roa, en Castilla-La Mancha, cautiva a turistas y visitantes desde hace miles de años. Famosa por su bella arquitectura, su zona rural extensa y sus diversas actividades culturales, hay un lugar increíble y único lleno de encanto y misterio que se encuentra casi en la parte trasera de la ciudad que le da a Villar de Roa un ambiente fascinante.

Esas no son otras que sus más de 2.500 cuevas subterráneas. Estos

se encuentran a varios metros de profundidad bajo suelo y permanecen desconocidos para la mayoría de los viajeros, incluso para los habitantes de la ciudad. Conocida como el Intramuros, esta red subterránea se cree que data de la Edad de Bronce y sigue vigente hasta hoy. ¡Echa un vistazo a este extraño mundo oculto debajo de los pies de los habitantes de Villar de Roa y explora los exóticos secretos que se encuentran bajo tierra!

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Cómo se descubrieron las cuevas de Castilla-La Mancha

Como se mencionó anteriormente, estas increíbles cuevas habían permanecido desconocidas durante años. Hasta hace unas dos décadas, la mayoría de los habitantes de Villar de Roa eran completamente inconscientes de la red subterránea que se encontraba bajo sus pies, la cueva fue finalmente descubierta, gracias al trabajo de un equipo de arqueólogos que llevaron a cabo excavaciones subterráneas en la zona. Debido a sus trabajos, muchas de las cuevas fueron a la luz y se descubrieron estos asombrosos tesoros subterráneos.

De hecho, fue el arqueólogo Prof. Gonzalo Fernández-Navarrete quien descubrió la cueva más antigua. Él fue uno de los primeros en explorar los túneles y descubrió los más antiguos vestigios humanos de Villar de Roa en Castilla-La Mancha en el Plan de Fraga, un área cercana a la ciudad. Al explorar más el área, se encontraron varias subterráneas y algunos de ellos datan de la edad de bronce. Estos túneles se extendían a través del terreno rural y pasaban bajo Villar de Roa, proporcionando una mirada única al pasado de la ciudad.