¿Sueles posponer la alarma por la mañana? Así es como estás dañando tu salud

Lunes, seis de la madrugada, suena la alarma. Automáticamente le das al botón de posponer y te quedas en la cama «cinco minutos más». O puede que seas de estas personas que tienen programadas 10 alarmas con intervalos de 5 minutos. Aunque es una costumbre bastante habitual entre los que no tenemos más remedio que madrugar, los expertos coinciden en que posponer la alarma no asegura un mejor descanso. Y todavía hay mucho que desconocemos sobre los efectos reales de esta práctica.

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CÓMO FUNCIONA EL CICLO DEL SUEÑO

Los ciclos de sueño tienen una duración que oscila entre 70 y 120 minutos, siendo el primer ciclo de la noche típicamente más corto y profundo. Retrasar la alarma presenta un inconveniente: aunque podamos conciliar el sueño, es probable que no alcancemos las fases más profundas, y mucho menos completar un ciclo entero, debido a la limitación de tiempo.

Por lo tanto, retrasar la alarma del despertador con la esperanza de completar un ciclo natural de sueño y despertar descansado no funciona como se podría pensar. Al contrario, al activar el snooze, tu cerebro reinicia su ciclo de sueño. Cuando finalmente despiertas minutos después, a menudo te sientes más cansado que la primera vez.