La secuencia suele seguir un patrón familiar: nos preparamos para dormir, nos acostamos en la cama e intentamos conciliar el sueño. No obstante, en lugar de encontrar tranquilidad, la mente se agita con pensamientos negativos, a menudo tumultuosos y angustiantes. Amplificamos nuestras preocupaciones, percibimos problemas sin solución, y al fina dormirse resulta casi una tarea imposible.
9SER COMPRENSIVO CON UNO MISMO
Es probable que al dar vueltas repetidas a un problema estemos imponiéndonos una carga innecesaria. ¿Realmente necesitamos resolver problemas a las 3 de la mañana un día de semana? En el camino hacia la aceptación, incorporamos la autocompasión, tratándonos con amabilidad y bondad cuando enfrentamos situaciones que no podemos cambiar o controlar.