Cómo parar los pensamientos intrusivos que no te dejan dormir por la noche

La secuencia suele seguir un patrón familiar: nos preparamos para dormir, nos acostamos en la cama e intentamos conciliar el sueño. No obstante, en lugar de encontrar tranquilidad, la mente se agita con pensamientos negativos, a menudo tumultuosos y angustiantes. Amplificamos nuestras preocupaciones, percibimos problemas sin solución, y al fina dormirse resulta casi una tarea imposible.

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PENSAMIENTOS PERPETUANTES

Además, los pensamientos pueden actuar como factores perpetuantes, como cuando la preocupación sobre la calidad del sueño aumenta el estado de alerta, afectando la capacidad para dormir y alimentando un círculo vicioso. En casos más severos, el paciente puede sentir que nunca volverá a dormir, perdiendo el control sobre su sueño y enfrentando consecuencias durante el día a raíz de noches difíciles.