Halloween está a la vuelta de la esquina, y tal vez sea la festividad perfecta para ilustrar cómo a veces a las personas les gusta desafiar conscientemente el miedo y disfrutar de él. Durante Halloween, las personas se visten de manera espeluznante, decoran sus hogares y tiendas con temas aterradores, y disfrutan de historias y películas de terror, todo con el objetivo de despertar la intensa emoción del miedo. Pero, ¿por qué lo hacemos? ¿Somos simplemente entusiastas del terror que buscan emociones fuertes debido al aburrimiento de la rutina, o hay una explicación biológica para esto? En realidad, es un poco de ambas cosas.
3MISMAS HORMONAS PARA EL MIEDO Y LA FELICIDAD
De hecho, según investigaciones, las hormonas relacionadas con el miedo son muy parecidas a las de la felicidad. Esto explica por qué algunas personas afirman sentirse de mejor humor después de enfrentar esta emoción en una situación controlada. Por lo tanto, no es sorprendente que la búsqueda de estímulos que generen miedo pueda volverse adictiva.
Cuanto experimentamos esta emoción, el cerebro produce tres sustancias químicas clave, adrenalina, dopamina y cortisol. Es un mecanismo evolutivo fundamental en respuesta a las amenazas en los seres humanos y que, de forma controlada, puede provocarnos una especie de “subido”.