Cuando hablamos de la realeza española, la figura de Felipe VI se ve envuelta en un torbellino de tensiones familiares que eclipsa incluso el impacto de la amnistía. Más allá de los titulares y las imágenes de fachada, el gran problema que sacude al monarca no radica en los pasillos del poder, sino en el corazón de su propia familia. Desde el estallido del caso Nóos, que llevó a los reyes a apartar a la familia real de la escena pública, la relación de Felipe VI con sus hermanas ha experimentado un distanciamiento irreparable.
Letizia, decidida a salvaguardar su reinado y el futuro de su hija, ha erradicado las reuniones familiares. Las hermanas del rey, Elena y Cristina, acusan a Felipe de someter a sus padres a humillaciones y, aunque apuntan a la actual reina como la culpable, no están dispuestas a tolerar más este comportamiento. Un drama real que trasciende las paredes del palacio, revelando tensiones y secretos que desafían las expectativas de la monarquía.
2Desamparo Real: La Infanta Cristina, sin hogar en Madrid
En un giro sorprendente, la infanta Cristina se encuentra sin residencia en la bulliciosa capital española. La brecha entre las hermanas y el actual rey, Felipe VI, se amplía aún más, dejando a Elena y Cristina desconcertadas ante la figura que parece haber reemplazado al hermano que creían conocer. La aceptación de la presencia de Juan Carlos en el cumpleaños de Leonor parecía indicar un atisbo de reconciliación familiar, pero las expectativas se desmoronaron.
Sorprendidas por el anuncio de que no podrían quedarse en Zarzuela tras el evento, las infantas se vieron obligadas a buscar alternativas. En una declaración desconcertante, Felipe VI les recordó que «Zarzuela no es un hotel», empujándolas a encontrar refugio en otros lugares. Finalmente, la infanta Cristina se vio obligada a refugiarse en un hotel, mientras Elena, en un gesto de solidaridad, ofreció su casa para albergar a su hermana esa noche.