Con la llegada del invierno, los abrigos se erigen como fieles escuderos contra las implacables bajas temperaturas. Sin embargo, la transición de la calle al automóvil podría desencadenar más que la simple necesidad de combatir el frío. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto bajo su lupa y podría caerte una multa por un hábito aparentemente inofensivo pero sorprendentemente común: conducir con el abrigo puesto.
Aunque pueda sonar como una excentricidad normativa, la DGT ha lanzado una advertencia clara sobre los riesgos asociados con esta práctica. El vaivén de las temperaturas invernales nos induce a mantener nuestros abrigos puestos incluso al abordar el vehículo, ya sea en desplazamientos cortos o tras dejar el automóvil al aire libre. A pesar de su aparente inocencia, la DGT desaconseja esta costumbre y, en circunstancias específicas, podría desplegar multas inesperadas.
Te invitamos a un viaje fascinante por las intrincadas sendas de las normas de tráfico menos conocidas, donde la moda invernal se encuentra con la rigidez de la ley. Un recordatorio de que, incluso en la estación más fría, el camino hacia la seguridad vial a menudo se teje entre capas de reglamentación.
6Nieve al volante: La clave está en la suavidad
Cuando las condiciones climáticas nos retan con la presencia de nieve en la carretera, la suavidad se convierte en la principal aliada para un viaje seguro. Habiendo cumplido con las precauciones previas, circular sobre nieve requiere una serie de medidas específicas.
El primer paso es ocupar el carril derecho, permitiendo el paso fluido de las máquinas quitanieves por el carril izquierdo, facilitando así la limpieza y evacuación de la vía. Además, se aconseja utilizar la marcha más larga posible, asegurando arrancadas suaves y una menor fuerza en el eje tractor, especialmente a bajas velocidades. La premisa fundamental es la suavidad en cada acción al volante. Ampliar la distancia de seguridad, evitar giros bruscos del volante y frenar con delicadeza son prácticas esenciales.