En el escenario de la música, donde las melodías fluyen como historias entrelazadas, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) ha sido atrapada en una sinfonía discordante de escándalo y desgracia. El último capítulo de este drama legal se despliega en la Audiencia Provincial de Zaragoza, donde la SGAE enfrenta una condena que resuena como una nota desafinada en su reputación. El protagonista de esta historia es Javier Gacías Mateo, el talentoso autor del himno religioso inmortalizado en los corazones de muchos: ‘Dios está aquí’.
La sentencia, un rugido judicial que resuena en los pasillos, obliga a la SGAE a pagar una indemnización de 10.092 euros por su «incumplimiento contractual» en la defensa de los derechos de autor de esta pieza celestial. El escenario ha cambiado, y ahora la SGAE, acostumbrada a ser la cazadora de infracciones, se encuentra siendo cazada por su propia falta de armonía legal. ¿Cómo se desenvolverá este nuevo acto en el melodrama de la SGAE? ¡Prepárense para descubrir el bochorno tras bambalinas!.
6Desafíos a la veracidad de los registros
La sentencia fechada el 10 de abril de 2023, revela una discrepancia crucial en las argumentaciones del demandante. Francisco Javier Gacías insistía en que la SGAE, a pesar de sus denuncias repetidas, permitía registros perjudiciales para sus derechos. Según el demandante, este actuar consentido socavaba el cumplimiento del contrato de derechos de gestión.
Sin embargo, la Sala presenta un contrapunto, basándose en un certificado del secretario de la SGAE del 16 de febrero de 2022. Este documento indica que las obras con el título ‘Dios está aquí’ podrían ser distintas a la registrada por Gacías, ya que no se encuentra en la SGAE partituras, documentación ni audio de dicha obra. La defensa de la SGAE sostiene que no hubo un incumplimiento adecuado de la defensa de la titularidad en este caso.