El sándwich, con su simplicidad, economía, rapidez y sabor inigualable, se ha convertido en un clásico en nuestra gastronomía. Este versátil plato puede resolver tanto un desayuno apresurado como una cena reconfortante. Sin embargo, la excelencia de un sándwich no se limita únicamente a su simplicidad, ya que la calidad de los ingredientes desempeña un papel fundamental en su éxito.