Los trucos de Martín Berasategui para transformar un sencillo sandwich en una receta de lujo

El sándwich, con su simplicidad, economía, rapidez y sabor inigualable, se ha convertido en un clásico en nuestra gastronomía. Este versátil plato puede resolver tanto un desayuno apresurado como una cena reconfortante. Sin embargo, la excelencia de un sándwich no se limita únicamente a su simplicidad, ya que la calidad de los ingredientes desempeña un papel fundamental en su éxito.

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PREPARACIÓN

Comienza picando la cebolla y, a continuación, sumérgela en agua fría durante una hora. Luego, escúrrela y mézclala con los demás ingredientes, es decir, nata líquida, queso emmental rallado, Jamón cocido picado en trozos pequeños y vino blanco.

Unta uno de los lados de cada rebanada de pan con mantequilla, espolvoréalas con sal, y luego dales la vuelta. Extiende una loncha de queso de cabra y una cucharada de crema gitana generosa en una de las rebanadas. En la otra rebanada, coloca una variedad de lechugas y un poco más de crema gitana. Finalmente, cierra el sándwich con la otra rebanada de pan, asegurándote de que el lado untado de mantequilla quede hacia arriba. Para terminar, tuesta los sándwiches en una sartén a fuego lento durante aproximadamente 3 minutos.