Llorar, un acto que ha sido estigmatizado como una muestra de debilidad durante décadas, ha encontrado su lugar en el centro de la discusión contemporánea sobre la salud mental y el bienestar emocional. La Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda esta noción, revelando una serie de efectos positivos de derramar lágrimas, que van desde la liberación emocional hasta el alivio del estrés. A medida que el mundo se sumerge en una cultura de ocultar las emociones, se destaca una terapia de vanguardia emergente: el rui-katsu o ‘buscando lágrimas’.
Originado en Japón en 2013, este enfoque terapéutico innovador se ha convertido en una herramienta valiosa para romper las barreras culturales que rodean la expresión emocional en la sociedad japonesa. Reunidos en una sala en Japón, un grupo de individuos experimenta los profundos efectos de este método, donde las lágrimas fluyen libremente y los sollozos se convierten en un camino hacia la sanación colectiva. Más que un simple acto de vulnerabilidad, el llanto, como sugiere la OMS, encierra un poderoso potencial terapéutico que merece una atención renovada y sin prejuicios.
2Lágrimas sanadoras: El poder terapéutico de la llorera
Más allá de su capacidad para liberar tensiones acumuladas, la experiencia de una llorera profunda puede tener efectos sorprendentes en nuestro estado de ánimo. Contrariamente a la creencia común, el llanto no solo desahoga nuestras emociones, sino que también tiene el potencial de mejorar significativamente nuestro bienestar psicológico.
Un estudio reciente de la Universidad del Sur de Florida ha revelado que la acción de llorar puede superar incluso a los antidepresivos en términos de impacto positivo en el estado de ánimo. Sorprendentemente, el 90% de los participantes en esta investigación informaron de una mejora notable en su estado emocional después de una liberadora sesión de llanto.