Félix Bolaños, el ministro de la Presidencia en funciones, se pasó todo el jueves en Barcelona, inaugurando una planta de DHL, viéndose con el número dos de Junqueras y, sobre todo (ese era su principal objetivo) comenzando a buscar el apoyo del empresariado catalán al acuerdo e investidura. Pero con el presidente de Cataluña, Pere Aragonés, apenas si coincidió en privado unos minutos, justo antes de la cena de la patronal catalana Cecot a la que asistían más de 900 empresarios.
Por el Cercle d’Economía aseguran que el documento del acuerdo ya está circulando, aunque son muy pocos privilegiados quienes lo han podido ver. Pero a Aragonés le da igual porque sigue pidiendo cambios y, sobre todo, no quedarse al margen de ninguno de los puntos del acuerdo que ya se ha cerrado con Junts.
Por este motivo, el presidente de Cataluña ahora asegura que no está de acuerdo ni con el preámbulo del acuerdo. ERC quiere ahora más. No le ha dicho a Bolaños que necesita su propia parcela de protagonismo para que no sea solo Junts la que se adjudique los logros del acuerdo. La idea ahora es que el referéndum ilegal de 1-O no fue ilegal y, por tanto, no es necesaria la amnistía. Se le olvida recordar que uno de sus dirigentes, Oriol Junqueras, ya estuvo más de dos años en prisión por esa ‘no ilegalidad’.
ARAGONÉS NO ACEPTA NI EL PREÁMBULO DEL ACUERDO AL QUE CONSIDERA «INACEPTABLE»
Mientras, las palabras de Bolaños fueron muy bien acogidas por los empresarios asistentes sobre un acuerdo en el que estarán PSOE, Sumar y los partidos independentistas. El objetivo de Bolaños se estaba cumpliendo en su búsqueda para que el tejido social entienda el pacto con el que se pretende pasar página del procés. Y es en este punto donde encajaría la amnistía a los encausados por el golpe del 2017. La sociedad catalana, los empresarios catalanes, llevan tiempo hartos de las entelequias independentistas.
Cuando Bolaños habló a los empresarios en la cena organizada por Cotet, muchas de sus palabras fueron dirigidas a Aragonés, también presente en el acto. La nueva etapa que comenzará tras el acuerdo, según enfatizó Bolaños, necesita de «actores desde posiciones distintas para dejar atrás una etapa de tensión en la que perdimos todos».
Frente a las palabras de futuro de Bolaños, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, parece quedarse en el preámbulo. Coincidió con el ministro en la cena de los empresarios, pero va por los pasillos asegurando que «el preámbulo del acuerdo es inaceptable». Ministro en funciones y president se habían reunido antes de la cena; también con el portavoz de ERC en el Parlamento catalán, Josep Maria Jové, quien le traslado la percepción de que la negociación iba muy lenta.
ARAGONÉS CONTINÚA CON SU VICTIMISMO E INSISTE EN QUE «EL ACUERDO ESTÁ EN RIESGO»
El discurso de Aragonés a los empresarios fue todo lo contrario. El talante victimista volvió a salir ante el micrófono para advertir que el acuerdo «estaba en riesgo», y volvía a pedir para incluir en el acuerdo más y mejor financiación para Cataluña y eliminar el déficit fiscal, vamos que se les perdone la deuda con el Estado, que ya supera los 80.000 millones.
Bolaños ha buscado en el feudo de los independentistas catalanes granjearse el apoyo del empresariado catalán. Se ha comprometido a que el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez «garantice el mejor de los futuros para Cataluña». No les habló de la amnistía sino de «pasar página» y reconoció que «nada grande en política se hace rápido».
En el resto de España todavía hay menos comprensión sobre lo que se está cociendo en la negociación de la investidura. Con la evidente campaña del PP y otros partidos en contra. Por el momento, en el PSOE ni siquiera se escuchan voces. Hay que esperar a este sábado para conocer qué piensan ‘todos’ los socialistas.
Sánchez quiere que los empresarios catalanes comprendan lo que se busca para Cataluña con el acuerdo, y a los empresarios no les ha parecido mal
Pero Pedro Sánchez opta porque sea primero la sociedad catalana la que comprenda lo que se intenta hacer. Y dentro de la sociedad catalana, el tejido empresarial es clave para empezar a cerrar las heridas del 1-O. No se puede olvidar que cerca de 8.000 empresas se fueron de Cataluña a causa del movimiento independentista, empezando por Caixabank.
La actitud del ministro y partícipe en las negociaciones con ERC y Junts era la del político que ha hecho sus deberes y ahora tiene que ‘vender’ y hacer comprender el ‘producto’. Marcaba distancia con las nuevas exigencias de Pere Aragonés y los suyos de ERC, que ahora le piden, ya en tiempo de descuento, desenredando los flecos y con los borradores del acuerdo en revisión ortográfica, que añadan que el 1-O no existió, que no fue delito.
ERC AHORA PIDE MÁS: QUE EL 1-O SE DECLARE LEGAL
Pero Bolaños les ha contestado con claridad que la amnistía no se va a producir de un día para otro. Así se lo trasladó a través de los empresarios de la patronal catalana, que han visto con buenos ojos la propuesta para la que «hará falta valentía, hará falta responsabilidad, hará falta sensatez». Una propuesta «grande», que según les explicó «nada grande en política se hace rápido, pero les aseguro que va a merecer la pena».
Desde el Gobierno en funciones siguen hablando entre líneas. Todo es interpretable, incluso la importancia que da Pedro Sánchez a que no de los hombres de su círculo de confianza vaya con el cometido de intentar hacer entender a los empresarios el acuerdo que se está fraguando. Las últimas negociaciones para cerrar el acuerdo siguen sin dejar todavía poder hablar claro. Pero si se escucha que el acuerdo va a garantizar el mejor de los futuros para Cataluña ya da que pensar, sobre todo a los empresarios que están viviendo el calvario de las inestabilidad independentista donde sus compañías tienen sus sedes.
Hartos como están todos los españoles de oír hablar de la amnistía, a Bolaños no le hizo falta ni mencionarla, y estaban presentes en la cena de la patronal el propio Pere Aragonés y Jordi Turull. Como el Cercle d’Economía le había dicho unas pocas horas antes, optó por hablar de «pasar página» para hacer una «Cataluña más fuerte y habitable». Y es con este objetivo con el que defendió la oportunidad política que brinda la actual situación política para «abrir una nueva etapa».
LOS EMPRESARIOS CATALANES DEJAN CLARO A LOS POLÍTICOS QUE QUIEREN PASAR PÁGINA Y PIDEN A LOS INDEPENDENTISTAS QUE SEAN REALISTAS
Durante la cena de los empresarios el rumor más persistente es que el acuerdo ya está cerrado. El problema es cómo explicar su contenido y que la sociedad lo comprenda y asuma. Bolaños en un sólo día de visita por Barcelona ya captado el beneplácito del Cercle d’Economía y las patronales Pimec, Cecot o Foment del Treball. Todos aceptan amnistía con tal de estabilidad. Lo que ya no les suena también son puntos como la reducción de la jornada laboral, una queja que es más una muestra de normalidad política y social.
En el Cercle D’Economia tampoco hablaron con Bolaños de la amnistía, pero sí pidieron a Bolaños explícitamente que no se olvide del problema de Cataluña que, según le explicaron, no se resuelve dejando pasar el tiempo sin hacer nada. Desde el Cercle le concretaron, además, que es el momento de modernizar el modelo territorial que con el paso de los años está mostrando algunas deficiencias. «Estamos ante un problema que le afecta a toda España», explicaron a Bolaños.
Pero el mensaje no fue solo para el Gobierno español, sino también hubo otro para los independentistas, a los que les pidieron actuar con realismo, y explicaron que en estos momentos «no procede» un referéndum de autodeterminación por ser «inviable». Por tanto, se debería abandonar la unilateralidad, pese a la insistencia de algunos partidos políticos de seguir viviendo en 2017.
Pese a la posición de los empresarios catalanes, que consideran que con la amnistía se puede pasar página, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, lleva tiempo proclamando que «la amnistía no encaja en el sistema legal español», aunque con el apoyo del PP.