José Miguel Luengo, alcalde de San Javier, se enfrenta a una sentencia por amenazas al presidente de Pleamar, Manuel Reyes. El número dos del PP de Murcia ha acudido al Palacio de Justicia en compañía de su abogado; la persona de confianza del Ayuntamiento, Pedro López; Carlos Albadalejo, diputado autonómico en la Asamblea, quien ha declarado como testigo. También ha entrado el portavoz y teniente de alcalde del PP, Héctor Verdú, quien se ha quedado sentado en las puertas de la Sala al no estar relacionado con los hechos.
Tanto Luengo como Reyes han dado las distintas versiones ante la juez sobre lo que ocurrió en el parque de la Cruz, situado entre el teatro de invierno y el conservatorio del municipio, durante el día de las elecciones municipales sobre las 13.50 horas.
Tanto Luengo como Reyes han dado las distintas versiones ante la juez sobre lo que ocurrió en el parque de la Cruz
Según las fuentes consultadas, se emitirá la sentencia del caso en los próximos días por el supuesto delito de insultos y amenazas de Luengo al ahora máximo dirigente de Pleamar, quien ha llevado a la Fiscalía de Cartagena el polémico y escandaloso concurso público del agua, entregado a Aqualia por 247 millones de euros, hipotecando al Consistorio durante las próximas dos décadas con el 20% del Presupuesto municipal.
LOS PRESUNTOS INSULTOS Y AMENAZAS DE LUENGO
Las versiones entre Luengo y Reyes difieren en numerosos puntos y coinciden únicamente en dos. Reyes insiste en que no es de recibo soportar «insultos y amenazas en el día de la Democracia» y que en ese lugar se encontraban tan sólo seis personas a las que había saludado previamente: el alcalde de San Javier y su esposa; junto a Miguel Botella, quien fuera el arquitecto municipal del Ayuntamiento junto con su mujer; y dos apoderados del Partido Popular que no han sido identificados.
Minutos antes de las supuestas amenazas, Reyes saludó a Albadalejo, como también a Pedro Górriz, líder del PSOE en la localidad, y otros políticos, entre los que se encontraba el exalcalde de San Javier. Todos ellos fueron saludos cordiales, fruto de su «respeto por la Democracia» y sin afán de ofender absolutamente a nadie.
LA PRESENCIA DE UN DIPUTADO AUTONÓMICO EN EL JUICIO
A su entender, Albadalejo no estaba tan cerca de la conversación ya que le saludó y le vio marchar unos minutos antes de la zona. No obstante, no hay prueba alguna que desmienta o no versión alguna porque ese día las cámaras de videovigilancia municipales no estaban activas. La parte denunciante señala que sí estaba Bonilla, su esposa y la de Luengo, junto a esos dos apoderados cuyos nombres no se han facilitado.
Tras ese saludo cordial, Luengo, quien se encontraba en ese momento junto a su esposa y Bonilla, se encaró a Reyes por dar a conocer a la Fiscalía de Cartagena los hechos sobre el concurso del agua de San Javier. «La política tiene un límite», le espetó, según consta en la denuncia, para acto seguido pronunciar la amenaza. «Te has sobrepasado, eres un sinvergüenza, voy a por ti, te arrastrarás hacia mí e iré a por tus propiedades y por la farmacia de tu esposa», señala el escrito.
LUENGO Y DOS TESTIGOS ESTRELLA
Reyes, arropado por su partido y su letrado, espera ahora a la sentencia. En caso de que sea desfavorable para Luengo, el líder de Pleamar doblaría la sanción para entregársela a Cáritas.
El denunciante insiste en la necesidad de identificar a esos apoderados del PP, dos jóvenes cuyos nombres no se han dado a conocer. Según su propio testimonio, Verdú no estaba en el momento en el que se profirieron las amenazas y los insultos. «No lo vi», afirma.
«En el momento en el que yo saludo a Miguel Botella ya no vi a Carlos Albadalejo», ha sostenido. Es decir, lo mismo que a Verdú. La otra parte, por su lado, señala lo contrario, que ambos sí estuvieron en aquel diálogo y desmienten por completo la versión ofrecida por el líder de Pleamar, entonces número tres de la lista municipal.
«El embrollo no hubiera llegado al Palacio de Justicia si Luengo hubiera pedido disculpas públicas», ha sostenido. «Hubiera procedido a retirar la denuncia», indica Reyes en una conversación con MONCLOA. «Pero no lo hizo», remacha.
EL CONCURSO DEL AGUA, LA MECHA DE LA DISCUSIÓN
Sin ánimo de buscar venganza personal ni desear mal a nadie, Reyes tan sólo busca justicia, igual que trajeron sus abuelos a la hora de instaurar la Democracia en España. «No es de recibo que el alcalde de San Javier se pueda expresar en estos términos ante un ciudadano», ha apuntado. «Nuestros padres trajeron la Democracia y confío en la Justicia para poder solventar este asunto», ha destacado.
Los nervios están a flor de piel en el PP de San Javier, donde el futuro de Luengo se dirime en otros despachos tras los «indicios de criminalidad» detectados en el concurso del agua concedido a Aqualia. Pleamar busca la verdad y no cesará en este empeño «caiga quien caiga» en la polémica adjudicación que supone un varapalo de 247 millones de euros. Este juicio no es por el concurso del agua, como se ha publicado, sino por amenazas.