La pandemia ha tenido un impacto en nuestra salud emocional en diversos grados en todos los sectores de la sociedad. Justo cuando parecía que estábamos al borde del colapso por la ansiedad, nos encontramos con la cruda realidad de los conflictos en Ucrania y, más recientemente, con el complicado y violento conflicto de Oriente Próximo. Las nuevas tecnologías nos están dando un acceso sin precedentes a imágenes de estos conflictos en primera línea del frente, algo que los medios de comunicación tradicionales rara vez habían logrado, al menos a esta escala.
3LAS IMÁGENES VIOLENTAS GENERAN RESPUESTAS FISIOLÓGICAS
Las imágenes visuales, más que las narraciones orales o escritas, tienden a grabarse en la mente como si fueran una película. Estas imágenes pueden convertirse en recuerdos intrusivos que no pueden borrarse de la memoria. Este es el problema al que se enfrenta la gente en la actualidad. Podemos observar a diario, en nuestro propio móvil, situaciones horrendas, cosas que van más allá de la experiencia humana común como actos de gran violencia entre personas.
Esta sobreinformación tiene un precio, ya que estas imágenes generan una respuesta fisiológica, aunque no seamos plenamente conscientes de ello. El sistema nervioso simpático se activa inmediatamente generando ansiedad y nerviosismo. Esto, con el tiempo, puede conducir a la depresión.
