El fármaco «milagroso» para perder peso ha alcanzado la cima de la fama en el mundo de la salud y el bienestar. Ozempic, un nombre que resuena en las conversaciones de pasillo y en los titulares de las redes sociales, ha captado la atención no por el respaldo convencional de expertos médicos, sino por un protagonista inesperado: Walmart. La gigantesca cadena minorista ha irrumpido en el escenario de la salud con un estudio revelador que arroja luz sobre el impacto directo de Ozempic en los hábitos de consumo.
Con una red de más de 10.500 establecimientos en múltiples países, Walmart ha demostrado que aquellos que recurren al fármaco Ozempic o su contraparte Wegovy tienden a reducir significativamente la cantidad de alimentos adquiridos. Este hallazgo, sin duda, abre un nuevo capítulo en la historia de la lucha contra la obesidad y plantea preguntas cruciales sobre la intersección entre la farmacología y el comportamiento del consumidor. Detrás de estas conclusiones aparentemente simples se esconde un mundo complejo de motivaciones, esperanzas y anhelos que alimentan la fascinación mundial por este fármaco revolucionario.
5La encrucijada de los vendedores
A pesar del aumento en el volumen de facturación, persiste la incertidumbre sobre los beneficios reales para los minoristas derivados de la popularidad creciente de los fármacos. Arun Sundaram de CFRA Research, al hablar con CNBC, plantea interrogantes sobre la dinámica subyacente: «Aunque los minoristas comienzan a hablar más sobre estos medicamentos, no diría que necesariamente se están beneficiando de su creciente popularidad».
Sundaram señala que los márgenes de beneficio derivados de estos medicamentos no son significativos, lo que los convierte más en generadores de tráfico que en generadores de beneficios reales.