Aznar se convirtió en una figura clave dentro del PP, y en 1989 fue elegido presidente de la Junta de Castilla y León, un cargo que ocuparía hasta 1995. Durante su mandato en esta comunidad autónoma, impulsó políticas de modernización y desarrollo económico que le proporcionaron experiencia y visibilidad a nivel nacional.
El punto culminante de la carrera política de Aznar llegó en 1996, cuando fue elegido presidente del Gobierno de España. Como líder del PP, encabezó un gobierno de coalición con otros partidos de centroderecha. Durante su mandato, se implementaron políticas económicas liberales que contribuyeron al llamado «milagro económico español», caracterizado por un crecimiento económico sostenido y una disminución del desempleo.
Sin embargo, su tiempo en el cargo también estuvo marcado por desafíos significativos, como la lucha contra ETA, la controversia en torno a la Guerra de Irak en 2003 y las protestas sociales. En 2004, tras los atentados del 11 de marzo en Madrid y la derrota electoral de su partido en las elecciones generales, Aznar decidió no buscar la reelección y abandonó la política activa.
Después de dejar la presidencia, Aznar continuó su participación en la política internacional y se convirtió en un destacado defensor de la democracia y los valores occidentales. Fundó el Instituto Atlántico, una organización centrada en cuestiones geopolíticas, y asumió cargos en consejos de administración de varias empresas.
José María Aznar sigue siendo una figura relevante en el panorama político y económico español, y su legado es objeto de debate y análisis en la actualidad. Y a continuación vamos a ver una selección de sus frases más célebres y que marcaron su legado.
«España va bien»
Quizás la frase más icónica de Aznar durante su presidencia, «España va bien», se convirtió en su eslogan de campaña en 2000 y en una expresión que reflejaba su visión optimista de la situación económica del país. Durante su mandato, España experimentó un crecimiento económico significativo y una reducción del desempleo, lo que contribuyó a la popularidad de esta afirmación.
«No está en mis aviones»
En 2003, cuando se le preguntó sobre la posibilidad de presentarse a la reelección, Aznar respondió con un rotundo «No está en mis aviones». Esta declaración sorprendió a muchos, ya que hasta ese momento, se especulaba sobre la posibilidad de que buscara un tercer mandato. Esta frase marcó el fin de su carrera política activa y abrió el camino para su sucesor, Mariano Rajoy.
«El tiempo pone a cada uno en su sitio»
Esta frase de Aznar refleja su actitud determinada y su confianza en que la historia y el tiempo juzgarían su legado. En el contexto político, sugiere que las decisiones y acciones de los líderes políticos eventualmente serán evaluadas por el público y la posteridad.
«No voy a dar lecciones de moralidad a nadie»
Esta declaración de Aznar se produjo en medio de la controversia sobre su apoyo a la Guerra de Irak en 2003. Su postura alineada con la política exterior de Estados Unidos generó críticas y protestas en España. Con esta frase, Aznar defendió su posición y destacó que no se consideraba en posición de dar lecciones de moralidad a otros líderes mundiales.
«El terrorismo no se negocia»
Aznar mantuvo una postura firme contra el terrorismo, especialmente en su lucha contra ETA, la organización separatista vasca. Esta frase resume su enfoque inflexible hacia los grupos terroristas y su compromiso con la seguridad nacional.
José María Aznar, un líder carismático y controvertido, dejó una marca indeleble en la política española. Sus frases famosas reflejan su visión, sus convicciones y su estilo de liderazgo. Aunque su legado sigue siendo objeto de debate, es innegable que su tiempo en el poder dejó una huella duradera en la historia de España.