La anorexia nerviosa es un trastorno de la alimentación que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a mujeres y niñas adolescentes. Se considera la enfermedad alimentaria más mortal, con el porcentaje más alto de muertes prematuras.
La anorexia tiene un impacto significativo en las familias y la comunidad, pero hay tratamientos eficaces disponibles para ayudar a las personas a recuperar el control de sus vidas. En este artículo exploraremos los signos de la anorexia, cómo identificarla y dónde buscar ayuda.
Índice
¿Qué es la anorexia nerviosa?
La anorexia nerviosa es un trastorno de la alimentación caracterizado por una fuerte preocupación por el peso y un rechazo al mantenimiento de un peso corporal saludable. Esta preocupación definitivamente desordena la conducta alimentaria de una persona, provocando una persistencia trastorno nutricional. Esta afección también se acompaña de convicciones mentales distorsionadas y conductas patológicas como vómitos autoinducidos, abuso de laxantes, dietas estrictas e incluso uso de hierbas para perder peso.
La OMS reconoce la anorexia como un trastorno mental grave y la clasifica como un trastorno alimentario según el CIE-10. La anorexia nerviosa se caracteriza por un miedo persistente a subir de peso, una percepción distorsionada del propio cuerpo, una disminución significativa en el peso corporal y una negativa persistente a mantener un peso saludable.
Causas de la anorexia nerviosa
Los trastornos alimentarios como la anorexia nerviosa tienen múltiples causas, entre ellas factores biológicos y familiares. Las variables biológicas como la herencia genética, los desequilibrios hormonales y algunos trastornos biológicos como la obesidad infantil y el riesgo de diabetes pueden aumentar el riesgo de desarrollar anorexia nerviosa. También hay factores psicológicos que están involucrados en la anorexia nerviosa, como una autoimagen disminuida, problemas en la infancia o experiencias traumáticas que han dañado la confianza en sí mismo. Algunos estudios indican que los trastornos alimentarios pueden estar relacionados con la ansiedad y la depresión.
Las personas con estos trastornos pueden sentirse inseguras y preocuparse por algo que no está bien con su cuerpo o aspecto físico. Las personas con antecedentes familiares de trastornos alimentarios, tales como anorexia, también son más propensas a desarrollar la afección. Los factores familiares más importantes que contribuyen a la aparición de los trastornos alimentarios incluyen el clima de la familia, los padres controladores, el nivel socioeconómico bajo, la edad, la educación y la presencia de relaciones cercanas dentro de la familia.
Signos y Síntomas de la anorexia nerviosa
Los síntomas de la anorexia nerviosa pueden variar individualmente, dependiendo de la edad y los factores externos. Los síntomas más comunes de la anorexia nerviosa incluyen:
• Una obsesión por mantener el peso corporal bajo
• Cambios notables en el estado de ánimo
• Autoestima baja, aislamiento y sentimientos de baja valía
• Carencia de interés por la comida
• Alteraciones del sueño como insomnio o pesadillas
• Un patrón alimenticio irregular
• Vergüenza, tristeza y culpa.
A medida que se desarrolla el trastorno alimentario, los síntomas físicos pueden ser más evidentes. Esto incluye aumento de peso, disminución de la energía, dolores musculares y articulares, baja presión arterial, aumento de la fatiga, hipotermia, dolor de estómago, dolor de cabeza, debilidad y pérdida o aumento del cabello. A largo plazo, la anorexia puede dañar los órganos vitales, afectar la fertilidad y causar una variedad de otros problemas de salud.
Factores de Riesgo de la anorexia nerviosa
Existen algunos factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de que una persona desarrolle anorexia nerviosa. Estos incluyen la edad (especialmente adolescentes y jóvenes adultos), el sexo (las mujeres son más propensas a desarrollar anorexia nerviosa), la historia familiar de trastornos alimentarios, y condiciones psiquiátricas preexistentes como depresión, ansiedad y trastornos obsesivos-compulsivos.
Los cambios significativos en la vida, como una mudanza, el divorcio de los padres o un nuevo empleo también pueden aumentar el riesgo de desarrollar este trastorno alimentario. El estrés, el aislamiento social, el bullying o el aumento de las expectativas en relación con el rendimiento académico o deportivo también pueden desencadenar la anorexia en algunas personas.
Diagnóstico de la anorexia nerviosa
El primer paso para diagnosticar la anorexia nerviosa es realizar una evaluación física y mental por parte de un profesional médico o psicológico. El profesional le hará preguntas sobre los antecedentes médicos, la dieta y el estilo de vida y los síntomas que presenta. Un examen físico para determinar el peso, la altura y la salud general también es necesario.
Además, existen algunas herramientas para ayudar a los profesionales a medir el impacto psicológico de la enfermedad. Los cuestionarios autoinformados, como el Cuestionario de Trastornos Alimentarios (EAT) y el Cuestionario de Promoción de la Salud (FHP), pueden ayudar a identificar los trastornos alimentarios y su gravedad. Estas herramientas son una parte útil del proceso de evaluación y diagnóstico.
Tratamiento de la anorexia nerviosa
El tratamiento para la anorexia nerviosa varía según la edad, el sexo y la gravedad de los síntomas. El tratamiento más común para esta afección incluye la terapia de alimentación, la terapia cognitivo-conductual, el tratamiento médico, la nutrición externa y los medicamentos. La terapia de alimentación es la parte más importante del plan de tratamiento. Esta orientación proporciona apoyo para ayudar a la persona a restablecer las hábitos alimenticios saludables.
La terapia cognitivo-conductual, usualmente conocida como las terapias de habla y comportamiento, se usa para ayudar a las personas a cambiar los patrones de pensamiento negativos y conductuales sobre el peso y la alimentación. Esta forma de terapia también puede ayudar a la persona a desarrollar habilidades para enfrentar y manejar el estrés, los pensamientos y los sentimientos que pueden desencadenar la anorexia.
Además de las terapias habladas, el tratamiento para la anorexia nerviosa puede incluir alimentación externa para ayudar a la persona a ganar peso y regresar a una dieta saludable. Esta alimentación se puede hacer por medio de una alimentación enteral o un tubo alimentario, o bien a través de alimentos sólidos o líquidos. Los medicamentos se pueden usar para tratar los trastornos alimentarios si hay síntomas asociados como ansiedad, depresión o trastornos obsesivos-compulsivos.
Ayuda para la anorexia nerviosa
Hay muchos recursos disponibles para las personas con anorexia nerviosa y sus familias. Los profesionales médicos en todas las áreas de la salud deben estar preparados para ofrecer a sus pacientes información sobre cómo identificar y tratar la anorexia. Las organizaciones de autoayuda como Anorexia y Bulimia Care (ABC) proporcionan apoyo, recursos y orientación a pacientes y familias.
Además, existen numerosos servicios de prevención y asesoramiento a nivel local y nacional. Muchos lugares tienen programas especializados de tratamiento y apoyo para niños y jóvenes con anorexia. Estos programas suelen incluir terapia individual y grupal, orientación nutricional y educación para las personas con anorexia, y apoyo para sus familiares.
Es importante que las personas que experimentan anorexia reciban ayuda y apoyo tan pronto como sea posible. Esto es especialmente cierto para los niños, ya que sus cerebros y cuerpos están en desarrollo y están en mayor riesgo de presentar complicaciones asociadas con la anorexia. La detección temprana, el tratamiento adecuado y el apoyo son clave para ayudar a prevenir que la anorexia se convierta en un problema de salud crónico.
En conclusión, la anorexia nerviosa es un trastorno de la alimentación que afecta a personas de todas las edades en todo el mundo. Los signos de la anorexia pueden ser difíciles de detectar, pero hay formas de ayudar a los individuos a identificar estos signos y buscar ayuda. Existen tratamientos efectivos disponibles para ayudar a las personas a recuperar el control de sus vidas y alcanzar una salud óptima. Aliente a un ser querido que sospeche que tiene anorexia a buscar ayuda.