La UE ya sabe cómo tratar la llegada masiva de migrantes. Acaba de desbloquear el Reglamento que concreta cómo tratar las crisis migratorias, una de las piezas fundamentales del futuro acuerdo sobre migraciones y asilo, que el presidente de turno del Consejo europeo, Pedro Sánchez, pretende dejar cerrado antes de que acabe su mandato.
En la teoría el acuerdo en el que se fijan las normas comunes para gestionar la llegada masiva, e inesperada, de solicitantes de asilo, es la base de la reforma migratoria que está preparando la Unión Europea. Sin embargo este pacto va en contra de los propios principios de la Unión Europea al basar su ejecución en un recorte de derechos de los migrantes.
La reunión de los embajadores en Bruselas logró desbloquear el problema, pero obviando uno de los principios de que hace gala la Unión Europea en todo el mundo. Basta con recordar el trato dado a los migrantes por la Administración Trump en Estados Unidos.
ITALIA ACUSA A LAS ONGs DE SER UN FACTOR DE ATRACCIÓN PESE A LAS VIDAS QUE SALVAN
Alemania e Italia fueron los países que más obstáculos pusieron antes de cerrar el acuerdo. Y sus votos eran imprescindibles para que el Reglamento para las crisis migratorias lograra salir con la mayoría cualificada.
Las objeciones del Gobierno italiano se centraban en las ONGs y el servicio de búsqueda y rescate que realizan en el Mediterráneo. Meloni está convencida de que, al margen de su labor, son un «factor de atracción» para que los migrantes se animen a llegar a las costas europeas. El propio embajador alemán recordó al representante italiano que los buques de rescate salvan vidas en el mar, lo que es un «deber legal, humanitario y moral».
La votación no dejó lugar a dudas. El texto logró el mayor consenso posible, pese a la votación en contra de Hungría y Polonia, y la abstención de Austria, República Checa y Eslovequia. Tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como la comisaria de Interior de la UE, Ylva Hohansson, se felicitaban del compromiso y unidad con que se había alcanzado el acuerdo.
SE PERMITE A LOS PAÍSES AFECTADOS APLICAR MEDIDAS MÁS DURAS
El acuerdo sirve de Reglamento comunitario en caso de crisis migratoria, esto es, cada vez que tenga lugar una llegada masiva de migrantes. Por tanto, se aplicará en momentos excepcionales en los que la UE se vea ‘amenazada’ por el volumen de migrantes que llegan a sus costas. De esta forma, se permitirá a los países de la UE aplicar medidas más duras, como retener a los solicitantes de asilo en la frontera hasta 20 semanas mientras se examinan sus solicitudes de protección internacional.
Ni que decir tiene que las ONGs han puesto el grito en el cielo al entender que esta retención va dar lugar a confinamientos a gran escala, degradando la calidad de los procedimientos de asilo. A ello suman que también aumentará el riesgo de devolución de los migrantes, pese a que vean amenazada su vida. Amnistía Internacional es una de las ONGs que más beligerante se ha mostrado.
Los países de la UE podrán retener a los solicitantes de asilo en la frontera hasta 20 semanas
Precisamente fue Alemania la que mostró más objeciones por la validez de este reglamento, sin ocultar su preocupación por las repercusiones que tendrá el confinamiento con los derechos de los niños y las familias. Para acallar los problemas que veían los alemanes, el texto ha quedado redactado de la siguientes manera: «las operaciones de ayuda humanitaria no deben considerarse instrumentalización de los emigrantes cuando no haya objetivo de desestabilizar la Unión o un Estado miembro».
Pero tras ‘pisotear’ los derechos de los migrantes, como si fueran una plaga, para la elaboración de este Reglamento también se ha eliminado la posibilidad de «protección inmediata» de los refugiados que huyan de una situación de peligro extraordinario, como sería el caso de un conflicto armado. En el anterior texto se les reconocía un acceso rápido a residencia, empleo, educación y asistencia social. Todos estos derechos también han desaparecido de un plumazo.
TRES AÑOS DE NEGOCIACIONES PARA UN PACTO QUE SE ESPERA CERRAR A FINALES DE 2023
La Unión Europea lleva desde septiembre de 2020 tratando de elaborar un Pacto sobre Migración y Asilo. Son muchas las crisis que sobre todo en los países mediterráneos se están viviendo por oleadas. Que se lo pregunten a la pequeña isla de El Hierro, que en solo dos días ha recibido más de 1.200 migrantes.
La idea del nuevo pacto era fijar una serie de normas comunes, claras y aplicables a todos los Estados miembros. Todo hay que explicarlo. Hasta ahora los problemas que tienen año tras año Italia, Grecia o España, y últimamente Alemania que ha tenido que poner unas férreas normas en sus aduanas, mostraban la poca solidaridad que hay en Europa cuando este tipo de problemas afecta a uno solo de los países miembros.
Por tanto, el nuevo pacto debe buscar el equilibrio entre la solidaridad y la responsabilidad para no dejar a los países afectados tan a la deriva como mucho de los cayucos que llegan a sus costas. Por tanto, la UE contará con un «sistema de solidaridad obligatoria».
LOS PAÍSES DE LA UE PODRÁN ELEGIR ENTRE TRES OPCIONES QUÉ HACER CON LOS MIGRANTES
Dicho sistema cuenta con tres opciones a elegir para gestionar los flujos migratorios: acoger en su territorio a un número determinado de solicitantes de asilo que hayan superado la prueba, realizar un pago de 20.000 euros por cada inmigrante que se nieguen a reubicar o financiar apoyo operativo, como infraestructuras y personal. El Reglamento de crisis se activaría soló en el caso de situaciones extraordinarias.
También se podrá activar el Reglamento de crisis cuando el Gobierno extranjero «instrumentalice» la inmigración para afectar de alguna manera al bloque de la UE. Tenemos el ejemplo de lo realizado por Marruecos para presionar a España y a la UE en sus negociaciones, o la crisis fronteriza provocada por Bielorrusia.
El presidente de turno del Consejo, Pedro Sánchez, se ha empeñado en que el Pacto sobre Migración y Asilo esté aprobado antes de que finalice su presidencia, el próximo 31 de diciembre.