viernes, 13 diciembre 2024

Níscalos al ajillo, un placer de esta estación

Los níscalos, también conocidos como níscalos de otoño o rebollones, son uno de los tesoros más apreciados por los amantes de la micología y la gastronomía en muchas partes del mundo. Estos hongos comestibles crecen en bosques de coníferas y robles y se caracterizan por su sabor y textura únicos. Una de las formas más deliciosas de disfrutarlos es prepararlos al ajillo, resaltando su sabor y aroma naturales. A continuación, te presento una receta extensa y detallada para preparar Níscalos al Ajillo que te permitirá aprovechar al máximo esta joya de la naturaleza.

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Receta paso a paso de níscalos al ajillo

  1. Preparación de los Níscalos (si son frescos): Comienza por limpiar los níscalos con cuidado. Para ello, utiliza un paño húmedo o un cepillo de cocina para retirar cualquier suciedad o residuo. Evita sumergirlos en agua, ya que tienden a absorberla y perderían parte de su sabor.
  2. Corte de los Níscalos: Corta los níscalos en láminas o trozos, dependiendo de tu preferencia. Algunos prefieren cortarlos en láminas finas para una textura más delicada, mientras que otros los dejan en trozos más grandes para un bocado más sustancioso.
  3. Calentando el Aceite: En una sartén grande, calienta el aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Agrega los ajos picados y, si lo deseas, una pizca de pimentón. Sofríe los ajos hasta que estén dorados y fragantes. Asegúrate de no quemarlos, ya que esto podría dar un sabor amargo a la preparación.
  4. Cocinando los Níscalos: Añade los níscalos a la sartén y revuelve para que se impregnen de los sabores del ajo y el aceite. Cocina los níscalos a fuego medio durante unos 10-15 minutos, revolviendo ocasionalmente, hasta que estén tiernos y dorados. Durante la cocción, los níscalos liberarán agua, que se evaporará gradualmente, y luego comenzarán a dorarse, lo que aportará un sabor delicioso.
  5. Deglasado con Vino Blanco: Una vez que los níscalos estén dorados, añade el vino blanco seco a la sartén. Cocina durante unos minutos para que el vino se reduzca y se mezcle con los sabores de los níscalos y el ajo. Esta adición de vino blanco realzará el sabor del plato y dará un toque de acidez.
  6. Sazón y Terminación: Sazona los níscalos al ajillo con sal y pimienta al gusto. Ajusta la cantidad de sal y pimienta según tus preferencias personales. Continúa cocinando durante unos minutos más para que todos los sabores se integren.
  7. Servir los Níscalos al Ajillo: Una vez que los níscalos estén tiernos, retira la sartén del fuego y espolvorea perejil fresco picado por encima para darle un toque de frescura y color al plato.
  8. Presentación: Sirve los Níscalos al Ajillo inmediatamente en platos individuales o en un plato grande como aperitivo o guarnición. Acompaña con pan crujiente para mojar en la deliciosa salsa resultante.