Gibraltar protagoniza una nueva bronca con España. El Gobierno en funciones de Pedro Sánchez, a través de la ministra de Defensa, Margarita Robles, impide una exhibición del escuadrón de élite británico en la colonia debido a la invasión del espacio aéreo español y a la afectación al tráfico comercial y de mercancías en la zona, más cuando Gibraltar quería utilizar el aeropuerto de Málaga como pista de aterrizaje y despegue de los vuelos con destino y origen en la colonia británica.
El Departamento de Defensa británico ha puesto el grito en el cielo por este nuevo conflicto y han cancelado un evento en Menorca con el mismo escuadrón británico. Para entonces, la afectación en Baleares estaba bajo control, según deslizan desde el diario The Sun, cuyas fuentes se deshacen en una retahíla de improperios e insultos contra España por su defensa del espacio aéreo. Cabe recordar que el cielo de Gibraltar es muy limitado, pero el Peñón insiste en ganar aún más terreno llenando de bloques de hormigón con el fin de impedir el trabajo de pescadores y el paso de mercantes. Todo ello mientras el narcotráfico impera a sus anchas en la zona.
en Gibraltar no han pedido el permiso para violar el espacio español, una conducta más propia de piratas
El espectáculo iba a producirse catorce años después, cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lo permitiera. «El secretario de Defensa, Grant Shapps, puso dos dedos en alto», afirma The Sun. Esta es una antigua señal de amenaza, dirigida especialmente a los arqueros, a quienes se les cortaban el índice y el corazón de cada mano para que no pudieran disparar sus armas.
ROBLES FRENA A SHAPPS EN GIBRALTAR
La pataleta británica ha conllevado la cancelación de una actuación similar en Menorca, muy bien recibida por el Gobierno al ser un aeropuerto modesto y sin afectaciones al tráfico aéreo, mientras que hubiera sido un buen atractivo para el turismo. Pero en Gibraltar no han pedido el permiso para violar el espacio español, una diferencia crítica que hubiera podido provocar un desvío de vuelos y una mayor carga de combustible para las aeronaves con origen y destino en Málaga, el único gran aeropuerto que opera en la zona.
La negativa a la exhibición de la patrulla de los Red Arrows ha hecho rasgar las vestiduras a más de un británico. «Los españoles son unos jodidos capullos», afirma una fuente a The Sun. «Habían amenazado con prohibir que los vuelos civiles hacia Gibraltar utilizaran el aeropuerto de Málaga», destacan.
La misma fuente destaca que los aviones tendrían que llenar más sus depósitos para llegar a un aeropuerto más cercano, pero únicamente se refiere a los que aterrizarían en Málaga. De esta forma, las aerolíneas reducirían drásticamente sus vuelos desde el Peñón por un espectáculo aéreo de los propios británicos.
GIBRALTAR BUSCABA VIOLAR EL ESPACIO AÉREO ESPAÑOL
«Eso significa más peso, más costo y, como algunas aerolíneas podrían decidir que no vale la pena, menos vuelos a Gibraltar, lo que afectaría la economía», asegura una de las fuentes citadas.
La respuesta desde España no se hizo esperar. El propio Ministerio de Defensa ha tildado de «hipócrita» la pataleta de Shapps al señalar que el espectáculo de Menora impulsaría la isla, pero no la de Gibraltar, incapaz de organizar nada sin invadir el espacio de España. Cabe señalar que los Red Arrows tan sólo han realizado este tipo de maniobras en el Peñón dos veces en los últimos 30 años, la última con un Gobierno socialista, en 2009.
La colonia británica, el último vestigio de la Europa del Antiguo Régimen, exige para sí no sólo el mar, la tierra y el cielo, sino también utilizar el espacio aéreo español cuando le plazca. La colonia se mantiene como parte del territorio británico desde 1704, despojando a sus habitantes a la vecina San Roque. Tan sólo se cedió a Gran Bretaña la ciudad y el castillo, en ningún caso las aguas, así como el puerto y la fortaleza. Sin embargo, como buenos piratas, el Peñón ha ido apropiándose de lo ajeno, incumpliendo sistemáticamente el Tratado de Utrecht.
EL INCUMPLIMIENTO SISTEMÁTICO DE GIBRALTAR
Tampoco tiene potestad alguna en el espacio aéreo, ya que son de soberanía española. Sin embargo, no duda en ampliar la pista del aeropuerto para tratar de ganar terreno al mar. La economía de la colonia se basa prácticamente en el juego online, con centenares de empresas instaladas, mientras las patrulleras británicas, sin potestad para hacerlo, hostigan a los pescadores al ser uno de los caladeros más abundantes.
La ocupación es del todo ilícita e incluso contraria al Derecho Internacional, por lo que se ha exigido siempre su devolución sin condiciones ni resistencia. El Peñón impuso una verja, pero no es una frontera internacional. Eso sí, cuando los agentes de la Policía Aduanera se imponen, se pueden observar las largas colas para entrar en el Peñón.