sábado, 23 noviembre 2024

Inteligencia artificial en la atención médica: 8 claves para mejorar los diagnósticos y tratamientos

En la actualidad, la integración de la inteligencia artificial (IA) en la atención médica se está convirtiendo en una de las estrategias más eficientes para mejorar los diagnósticos y tratamientos. Esta incorporación de la tecnología ya está generando resultados exitosos en salud. La IA es una inteligencia que surge a partir de la información y del aprendizaje automático que se alimenta de grandes cantidades de datos, recordemos que el motor de desarrollo de la innovación médica se basa en tres elementos: la tecnología, los datos y la inteligencia.

La IA está cambiando la forma en la que los profesionales de la salud lidian con la información de los pacientes. Los avances en esta rama de la tecnología han evolucionado enormemente en los últimos años, desde el procesamiento automatizado del lenguaje hasta el aprendizaje profundo, los cuales se aplican a la interpretación de imágenes y al análisis de datos. Esto significa que, hoy, los profesionales de la salud tienen acceso a una cantidad de información mucho mayor de lo que antes eran capaces de manipular.

A continuación, vamos a profundizar en los principales beneficios de la integración de la inteligencia artificial en la atención médica. Esto nos permitirá entender mejor cómo esta tecnología está mejorando los diagnósticos y tratamientos.

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7. Mejoras en el seguimiento y monitoreo

La IA también puede ayudar a los profesionales de la salud a mejorar el seguimiento y monitoreo. Esto es especialmente importante para los pacientes que requieren tratamientos a largo plazo. Los dispositivos conectados, como los sensores y monitores, recopilan datos clínicos de los pacientes en tiempo real, lo que permite a los profesionales evaluar y administrar los tratamientos de manera eficiente.

La IA puede ayudar a mejorar el seguimiento y monitoreo, ya que puede procesar grandes cantidades de datos en tiempo real, y generar informes que ayudarán a los profesionales a tomar decisiones más informadas sobre la salud de los pacientes. Esto reducirá los costos y el tiempo necesario para el seguimiento de los pacientes, lo que permitirá a los profesionales de la salud administrar los tratamientos de forma más eficiente.