La amnistía es un hecho por más que el PSOE y el Gobierno de Pedro Sánchez nieguen la mayor ante la grave acusación de Oriol Junqueras. El líder de ERC ha asegurado que la amnistía se pactó en la negociación de la Mesa del Congreso, pero a la ministra de Transportes y los ojos y oídos de Salvador Illa en el Ejecutivo, Raquel Sánchez, no le consta pacto alguno en ese sentido.
Como buena socialista catalana, Raquel Sánchez niega que haya pacto alguno con Junts sobre la amnistía, mientras ha defendido el «diálogo» como solución a una hipotética investidura de Pedro Sánchez.
La también titular de Movilidad y Agenda Urbana es una de las ministras que se ha desplazado a Bruselas para defender la cooficialidad del catalán no sólo en Cataluña, sino también en toda Europa. No obstante, el Parlamento Europeo no es el circo del Congreso y los países se han puesto muy serios a la hora de abordar el asunto, tanto que se ha aplazado la votación ‘sine die’.
RIDÍCULO DEL PSOE EN BRUSELAS Y TAPAR LA AMNISTÍA
Suecia ya había puesto sus propias objeciones, ya que si el catalán, euskera y gallego entrasen también lo deberían hacer las diferentes lenguas cooficiales de todos los países de la Unión. Alemania, más dura que de costumbre, ha exigido un informe jurídico al respecto, mientras el Gobierno de España se escuda en una traducción a las lenguas cooficiales como el argumento para levantar el bloqueo. El PSOE, además, para endulzar la medida ha eliminado el euskera y el gallego.
El límite es la Constitución, donde la amnistía tendría cabida
La ausencia de prácticamente todo el Gobierno durante el primer pleno del Gobierno en el que se han utilizado las lenguas cooficiales no ha pasado desapercibida. Tan sólo la titular de Trabajo y vicepresidenta tercera estaba presente cuando los diputados de Vox han abandonado el Congreso, dejando los pinganillos en el asiento de Pedro Sánchez, una protesta a la que se ha unido el PP dejando sin uso sus propios aparatos y con un recado en euskera de Borja Sémper.
Para tapar todo el embrollo del Congreso y del nuevo ridículo en Bruselas, con una fuerte presencia del Ejecutivo, el Gobierno pone el foco en la investidura de Alberto Núñez Feijóo, siguiendo las directrices dadas en el editorial de El Socialista, la revista de referencia en el PSOE. Raquel Sánchez ha parafraseado a Jordi Pujol para criticar al PP. «Ahora lo que toca» es hablar de la investidura de Feijóo, ha dicho. Es decir, cualquier otro asunto sobre las negociaciones pasa a ser un tema tabú.
LAS PURGAS PARA DEFENDER LA AMNISTÍA
Raquel Sánchez ha intentado así volver a poner la posible investidura fallida de Feijóo en el ojo del huracán, mientras pasa de puntillas sobre la movilización de los ‘populares’ frente a la amnistía. La dirigente del PSC cree que Pedro Sánchez puede reeditar la victoria en el Congreso y continuar en La Moncloa con el pacto «progresista».
Eso sí, tendrá que lidiar con Junts, ERC y PNV, así como Sumar, quienes no darán ahora su voto gratuitamente. Por el momento, el «éxito» cosechado ha consistido en purgar a los críticos, como Nicolás Redondo y Meritxell Batet, hijo del histórico socialista y expresidenta del Congreso, respectivamente, así como acallar las voces de Felipe González, para quien se pide la expulsión por verter sus opiniones contrarias a darles más medidas de gracia a los independentistas.
Para mantener el juego del doble discurso, conocido en Cataluña como ‘fer la puta i la ramoneta‘, Raquel Sánchez afirma que el «límite es la Constitución». En este sentido, se abren dos posibles lecturas. La primera de ellas es facilitar la amnistía con un encaje dentro de la Constitución, un cambio de discurso que bien le conviene al PSOE para conseguir mantener el poder y al mismo tiempo daría a Puigdemont alas de cara a las próximas elecciones europeas y previsiblemente en las autonómicas.
Al mismo tiempo, el límite de los márgenes de la Carta Magna también podría servir para rechazar la pretensión de Puigdemont y Junts, al no tener cabida y que abocaría a la repetición electoral al no contar con los apoyos necesarios. Esta controvertida maniobra es a la que juega el PSOE, que sigue las directrices del PSC de Salvador Illa. Un sí pero no, y un no pero sí. Un galimatías más propio de un ‘sketch’ de José Mota que de un partido que se dice de Estado.
LA AMNISTÍA, SIN ENCAJE EN LA CONSTITUCIÓN
En este sentido, el PSOE está dispuesto a abrir la reforma de la Constitución por la puerta de atrás con la ayuda inestimable de los independentistas catalanes, vascos y gallegos, como también de Sumar. Un melón que nadie se ha atrevido a abrir hasta ahora y que sólo aparece cuando los tiempos apremian, como ocurre ahora con Pedro Sánchez. Cabría reflexionar al respecto y es que las prisas nunca han sido buenas consejeras a la hora de tomar decisiones, más cuando afectan a 45 millones y medio de personas.
En el mundo separatista, además, conviven diversas almas dentro de los grupos. La división en ERC es manifiesta, con la presión del grupo de Pere Aragonès, presidente de la Generalitat, para iniciar los trámites de la amnistía y el contraste de Teresa Jordà, quien aboga por mantener una negociación sin líneas rojas tan tajantes. Desde el Govern piden la tramitación antes de la votación de investidura, una exigencia que no urge en el lado de Jordà, más próxima a Oriol Junqueras.
Aragonès, por su lado, insta a firmar un compromiso, con un calendario prefijado y la voluntad de encajar la amnistía en la Constitución o en el ordenamiento jurídico. Por el momento, según los abogados consultados, no hay cabida en la Carta Magna a esta ley porque significa que el Estado está «en guerra» con Cataluña. Y no, los tanques no han asomado por la Diagonal de Barcelona, como tampoco se escucha el silbido de las bombas.