La DGT tiene varios radares distribuidos a lo largo de las carreteras españolas con el objetivo de que los conductores tengan mesura y no superen los límites de velocidad impuestos. Hay radares fijos, que son fácilmente detectables porque se sabe su ubicación, y radares móviles, que pueden cambiar de posición según las necesidades del tráfico. Son sensibles y precisos, razón por la que la Dirección General de Tráfico los tiene como un arma infalible para combatir los excesos de velocidad. No obstante, los agentes de tráfico no siempre los utilizan de forma adecuada, un punto que puede beneficiar a los conductores. Aquí te dejamos algunos pasos que pueden ayudarte a evadir algunas multas. ¡Alerta!
2Se libró por un soporte no homologado
El afectado estaba majeando con el coche a una velocidad mayor a la permitida cuando fue captado por un radar veloláser ubicado detrás de una señal de tráfico. Automovilistas Europeos Asociados recurrió la sanción argumentando que el soporte en el que estaba apoyado el radar no estaba debidamente homologado, un hecho que podría haber afectado la medición de la máquina. El juzgador lo consideró oportuno y se le devolvieron al conductor los 300 euros que había pagado por la sanción, además de asumir las costas del procedimiento. Además de que el soporte tiene que estar homologado, el radar debe colocarse a cierta distancia, como las medianas, barreras y quitamiedos de la carretera.