La DGT tiene varios radares distribuidos a lo largo de las carreteras españolas con el objetivo de que los conductores tengan mesura y no superen los límites de velocidad impuestos. Hay radares fijos, que son fácilmente detectables porque se sabe su ubicación, y radares móviles, que pueden cambiar de posición según las necesidades del tráfico. Son sensibles y precisos, razón por la que la Dirección General de Tráfico los tiene como un arma infalible para combatir los excesos de velocidad. No obstante, los agentes de tráfico no siempre los utilizan de forma adecuada, un punto que puede beneficiar a los conductores. Aquí te dejamos algunos pasos que pueden ayudarte a evadir algunas multas. ¡Alerta!
1La DGT coloca radares en lugares insospechados
Para pillar al máximo número de infractores posible y concienciar, la DGT ha empezado a colocar radares veloláser en sitios que nadie sospecharía, como en el guardarraíl de la carretera o detrás de las señales de tráfico. Son precisamente esos métodos los que pueden servir como argumento para recurrir una multa de tráfico o hasta librarnos de ella. En 2020, el Juzgado de lo Contencioso de Madrid falló a favor de un conductor que había recibido una multa por exceso de velocidad.