Todos sabemos que el deporte es parte fundamental de una vida saludable, y está profundamente relacionada con el desarrollo de la salud ósea. Los huesos son estructuras vivas, pues están compuestos por tejido vivo que se renueva constantemente. Los huesos almacenan minerales, como el calcio y el fósforo, y actúan como soporte mecánico para todo el cuerpo.
Aunque los efectos del ejercicio en la salud ósea varían dependiendo del tipo de actividad que se realice, y para qué tipo de población, generalmente se considera que el ejercicio de impacto moderado –como andar, saltar o correr– es el mejor para mantener la masa ósea en una edad más avanzada.
4EL DEPORTE AYUDA A MEJORAR LA POSTURA
La realización de ejercicios regulares, como caminar, trotar y/o andar en bicicleta, ayuda a mejorar la postura y la estabilidad ósea. Los ejercicios de postura, como los estiramientos de cuello, hombros, espalda y cintura, son de gran ayuda para mejorar la postura y la estabilidad ósea. Estos ejercicios también contribuyen a prevenir el dolor de espalda y articular.
La actividad física de impacto, como la Carrera o el salto, pueden ayudar a prevenir la pérdida ósea relacionada con el envejecimiento de los huesos. Los ejercicios de resistencia también tienen un papel importante, pues ayudan a mantener una mejor densidad ósea y a controlar el aumento de peso que se presenta con el envejecimiento. Adicionalmente, el ejercicio también mejora el equilibrio y previene la fragilidad ósea, un factor de riesgo para caídas y fracturas en la edad adulta.