Te invitamos a descubrir el irresistible mundo del bizcocho borracho, una joya culinaria que puedes disfrutar en tan solo 30 minutos. Originario de Guadalajara, España, este pastelito es uno de los productos más emblemáticos de la región, junto con la miel de Alcarria.
Este bizcocho, como su nombre lo indica, se empapa con un almíbar a base de vino dulce, lo que le confiere su característico sabor y textura jugosa. Su historia se remonta al siglo XIX, cuando estos «pastelitos borrachos» empezaron a ganar fama en todo el país, convirtiéndose en un producto turístico de compra obligada al visitar la zona. Cada porción se presenta de manera individual, envuelta en su papel o cápsula, similar a una magdalena alargada.
Su sabor suave y dulce, donde el alcohol no molesta en absoluto, lo convierte en el complemento ideal para una merienda o para acompañar tu café. La receta es tan fácil como la de un bizcocho común, con el único secreto de preparar un almíbar perfecto para empapar cada bocado.
2Primeros pasos para preparar nuestra receta de la Abuela
Paso 1: Empieza por precalentar tu horno a 180º con calor arriba y abajo. Luego, separa cuidadosamente las claras de huevo de las yemas. Monta las claras a punto de nieve utilizando varillas eléctricas o, si lo prefieres, ¡a mano!
Paso 2: En un recipiente aparte, combina las yemas con el azúcar. Agrega la harina y mezcla. Para que la mezcla sea más manejable, incorpora un poco del merengue previamente preparado y revuelve bien.
Paso 3: Ahora es momento de unir la mezcla de yemas con el merengue restante. Usa una espátula y realiza movimientos suaves y envolventes hasta que todos los ingredientes estén perfectamente integrados.
Paso 4: Coloca papel vegetal en el fondo de una fuente o molde rectangular de aproximadamente 20×25 cm. Esto facilitará el desmolde del bizcocho más adelante.
Paso 5: Unta el papel y las paredes del molde con mantequilla o un spray antiadherente. Vierte la mezcla que preparaste en el molde.