Santiago Abascal asiste atónito a la guerra interna en su partido. Jorge Buxadé ya se ha desecho de Iván Espinosa de los Monteros para hacerse con el control total de las vicepresidencias, mientras Javier Ortega Smith ha quedado relegado a un segundo plano, con la única competencia de su asiento en el Ayuntamiento de Madrid.
El sistema de alertas puesto en marcha por la Comunidad de Madrid durante las lluvias torrenciales de este pasado fin de semana han puesto de manifiesto las enormes diferencias internas en Vox a la hora de marcar la línea del discurso a seguir, un relato muy importante dada la gran cantidad de personas que aceptan los postulados de las teorías conspiranoicas sobre la manipulación del clima, ya sea con vuelos o con medidas políticas.
Abascal no ha aceptado ni el relato de Ortega Smith ni tampoco el de Buxadé. Para el líder de Vox, la alarma a la población sólo debería recibirse en los móviles que así lo han solicitado. No obstante, esta configuración se puede desactivar en las opciones de los terminales. Es decir, si un usuario no quiere recibirlas, puede desactivarlas. Para Abascal, deberían venir por defecto, como si ancianos y usuarios no duchos en las nuevas tecnologías pudieran activarlas por sí mismos.
LAS LLUVIAS ENFRENTAN A BUXADÉ CON ORTEGA SMITH
«Esos avisos deberían producirse para aquellos que piden recibir esos avisos, pero que no se instalen por defecto» porque «puede haber personas que no quieren recibirlos y deben ser respetados», ha asegurado.
Para Ortega Smith, el sistema de alertas es adecuado, más cuando su prevención ha podido salvar vidas en el oeste y sur de la capital, así como en algunas zonas de Toledo, donde no toda la población recibió el mensaje. En total, se han registrado al menos cinco muertos y un desaparecido. Buxadé, por su parte, considera que las predicciones de la AEMET no son de fiar, incluso fallan a 24 horas.
El tiempo y las dificultades ponen a cada uno en su sitio
Estas diferencias muestran una vez más las brechas que separan a las distintas corrientes en Vox. Buxadé ha mezclado todo y llega a llevar el discurso contra la Agenda 2030, la impuesta por Bruselas para reducir el terreno de cultivo. Como si las precipitaciones o la falta de ellas fueran de la mano.
«Preguntarse por y dudar de la fiabilidad de los modelos y algoritmos predictivos de la gran hecatombe que anuncian Greta y los políticos del IPCC y que justifican la distopía de la Agenda 2030 y el Pacto Verde Europeo es lo más razonable, prudente, inteligente y científico que el hombre puede hacer», ha asegurado el también eurodiputado. «Si además -continúa- la distopía es destrucción del sector primario, deslocalización del secundario, restricciones de las libertades e inmigración masiva, lo razonable se convierte en deber político y moral», ha aseverado.
ABASCAL ENFRÍA AL ALA FALANGISTA DE BUXADÉ
No son las únicas diferencias mostradas por el ala militar de Ortega Smith y la falangista de Buxadé en los últimos meses. El portavoz de Vox en el Consistorio de la capital ha apuntado que los nuevos de la formación se están arrogando el éxito cosechado hasta ahora. «El tiempo y las dificultades ponen a cada uno en su sitio», sentenció. Un mensaje premonitorio para conocer realmente quienes están en el barco de Abascal por convicción y quienes por oportunismo.
Ortega Smith ha mostrado el malestar por la deriva del partido, con el desplome de 19 escaños en las pasadas elecciones del 23 de julio. En este sentido, ha criticado a quienes ningunearon a Espinosa de los Monteros, quien se comportó con generosidad, lealtad y sacrificio. En este sentido, revindicó los orígenes de la formación para no errar en el rumbo de los verdes. Un mensaje dirigido especialmente a los recién incorporados a la formación.
Buxadé, por su parte, se ha movilizado para lograr una mayor notoriedad en la formación, colocando a los suyos en puestos clave, como Ignacio Garriga. Su núcleo duro no solo ha levantado ampollas en el seno interno de Vox, sino que ha enseñado la puerta de salida a los críticos, quienes han hablado una vez abandonaron la formación.
El eurodiputado de Vox ha logrado tener el favor de un Abascal convertido en Salomón, pero en decisiones menos trascendentes. No obstante, no ha conseguido acallar las críticas. Por un lado, denegó la posibilidad de la reelección a Víctor Sánchez del Real y Rubén Manso, dos de las caras más conocidas de Vox en la anterior legislatura, pero apartados de las listas del pasado mes de julio. No hubo premio de consolación por su labor, especialmente en Extremadura. Ninguno de los dos alegó motivos personales, sino que recibieron el jarro de agua fría con sorpresa e indignación.
LAS SALIDAS DEL 23-J Y LA CAÍDA DE 19 DIPUTADOS FRENAN A VOX
Mansó mostró su enfado en un artículo de opinión y aseguró que Vox se parecía más a la caricatura injusta que se hacía de la formación. «Este partido del que muchos hacían una caricatura que, como toda caricatura era injusta e hiperbólica, ha decidido parecerse a ella y no al épico retrato que algunos, con Espinosa de los Monteros de maestro, iban pintando», alertó.
En este sentido, vaticinó que Vox «será el primer partido de la derecha no convencional que fracasará en Europa».
Por el momento, Abascal ha conseguido echar por tierra las exigencias de Buxadé, quien ha pedido desde el inicio asientos en el Gobierno. No obstante, con los 33 diputados obtenidos, el líder de Vox ha admitido que no puede pedir exigencias sin llegar al 10% del Hemiciclo y con 19 escaños menos.