Yolanda Díaz ha cometido un error imperdonable. La líder de Sumar ha legitimado a Carles Puigdemont, el máximo dirigente de Junts, como interlocutor válido para iniciar las conversaciones y sentar las bases para la negociación. El movimiento de Díaz ha dejado en fuera de juego a ERC, uno de sus principales socios de los ‘morados’ en Cataluña, que busca la forma ahora de integrarse en las reuniones con Junts.
La jugada de Díaz es muy similar a la que ha hecho Pedro Sánchez con el PNV al legitimar a Bildu. Los nacionalistas vascos tratan ahora de imponer su tesis de una España plurinacional con una reforma de la Constitución por la puerta de atrás. La vía es cuanto menos peligrosa para la democracia y el Estado de Derecho, más cuando los números no dan ni para modificar una coma de la Carta Magna -se necesitan tres quintos de Las Cortes, una convocatoria de elecciones y que la nueva composición del Congreso y del Senado lo refrenden-.
Al contrario que Yolanda Díaz, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo, y lejos de escenificar la adopción de decisiones unilaterales, Puigdemont ha dado a conocer el contenido de su discurso a tan sólo 200 metros del Parlamento Europeo a los representantes de las negociaciones de ERC y la CUP, así como con entidades independentistas. Todo ello, a poco menos de una semana de la Diada, día señalado en rojo en el calendario independentista.
PUIGDEMONT SE ERIGE COMO EL LÍDER DEL INDEPENDENTISMO
El prófugo de la justicia, con una orden de detención activa en España y otra más internacional lista para activarse, se ha reunido también con la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural, Demòcrates, el Consell de la República, la Associació de Municipis per la Independència (AMI) y Moviment d’Esquerres.
En este sentido, Puigdemont les ha trasladado el reconocimiento de la legitimidad del independentismo a la hora de poder entablar negociaciones con el Gobierno y el PSOE. Un nuevo estatus obtenido tras el cordón sanitario realizado a Junts durante la pasada legislatura por su negativa a dar su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez. De esta forma, el PSOE afronta una delicada situación ante la pretensión de Puigdemont de pactar la amnistía a los encausados antes de la votación de Pedro Sánchez, que previsiblemente sería para el mes de noviembre.
O repite elecciones, con el riesgo de que los equilibrios políticos sean tan frágiles como ahora, o pacta con un partido que mantiene la legitimidad del 1 de octubre
El calendario permite iniciar los trámites en el Congreso de los Diputados siempre y cuando se emplee el camino de la urgencia, pero para ello sería necesario construir un relato plausible para los españoles de fuera de Cataluña, especialmente en Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura.
El líder de Junts vuelve a utilizar la terminología del separatismo, como un nuevo día histórico, tal y como definieron a los 6 y 7 de septiembre de 2017, con las leyes de desconexión, y el referéndum del 1-O, entre otros tantos. Para Puigdemont se trata de sellar un «acuerdo histórico» dentro del conflicto que data desde 1714.
LOS REQUISITOS DE PUIGDEMONT PONEN A PRUEBA AL PSOE COMO PARTIDO DE ESTADO
Sin estos requisitos no habrá negociación posible. De hecho, Puigdemont está preparado para un repetición electoral, más tras arrasar en Barcelona en las municipales, pero ERC sería el principal perjudicado. La formación liderada por Pere Aragonès, Oriol Junqueras y Gabriel Rufián trata de amortiguar el varapalo sufrido en las últimas elecciones y demora la convocatoria de unas elecciones autonómicas con el fin de calmar las aguas. Pero éstas están revueltas con el nuevo envite de Puigdemont.
ERC busca la acomodación en este enfrentamiento. Junts coge ahora las riendas y enarbola la bandera del independentismo, la misma que guardaron los republicanos durante las algaradas por la sentencia del Supremo. Asimismo, Junqueras obtuvo su indulto, pero sigue inhabilitado para ostentar cargo público. Desde Junts no dudan que ERC fue un torpedo en la línea de flotación del separatismo y por ese mismo hecho salieron del Gobierno de la Generalitat.
Los republicanos de Junqueras buscan ahora el favor del PSOE para entrar en las negociaciones con Junts. Un escenario adverso sería prolongar la agonía. Los de Puigdemont se niegan a realizar estas negociaciones conjuntamente, más para mantener las distancias con ERC. De hecho, algunos colectivos separatistas han declarado non gratos a los de Aragonès y Junqueras.
ERC, EL GRAN DAMNIFICADO POR SU DOBLE JUEGO
Sin la amnistía pactada de antemano «no tendría ningún sentido» iniciar una negociación de investidura con el PSOE y dar el necesario «sí» a Pedro Sánchez. Asimismo, ha exigido un referéndum acordado con el Estado para poder cambiar el mandato del 1-O, al que se acogen reiteradamente los de Puigdemont. ERC, por su parte, se negó implementar dicho mandato.
Así las cosas, la reunión con Yolanda Díaz ha dado alas al buscado por la Justicia en España, mientras éste se parapeta y apela a la propia Constitución para realizar una nueva consulta. «España, como decía, tiene un dilema de resolución compleja. O repite elecciones, con el riesgo de que los equilibrios políticos sean tan frágiles como ahora, o pacta con un partido que mantiene la legitimidad del 1 de octubre y que no ha renunciado ni renunciará a la unilateralidad», ha puntualizado.