En medio de la devastadora sequía que ha asolado nuestro país en los últimos tiempos, un oscuro fenómeno se ha alzado como una sombra sobre los dedicados trabajadores de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Aunque su misión principal es proporcionar información precisa y basada en datos científicos sobre el clima y las condiciones meteorológicas, se han encontrado en un inesperado campo de batalla, enfrentando amenazas inauditas que van más allá de las inclemencias del tiempo.
María Avizanda, una destacada voz en la AEMET, explica que los científicos que buscan difundir hechos objetivos se ven sometidos a una creciente ola de bulos y desinformación. Pero eso no es todo, las amenazas han llegado a niveles insospechados. Estrella Gutiérrez, portavoz de la AEMET, relata cómo son acusados de causar la sequía, de contaminar los cielos e incluso de ser responsables de la salud y seguridad de la población.
En un intento por arrojar luz sobre la creciente ola de desinformación, la meteoróloga de la AEMET se enfrentó valientemente al bulo que ha estado circulando, el cual sugiere que los aviones fumigan sustancias para evitar la lluvia. Con una claridad científica, explicó que las misteriosas líneas en el cielo son simplemente estelas de condensación, rastros de vapor de agua dejados por los aviones mientras vuelan a altitudes superiores a los 10 kilómetros. Su pregunta retórica resonó con lógica irrefutable: ¿en qué cabeza cabe pensar que estas aeronaves transportan productos químicos para dispersarlos sobre la población? La respuesta, desde una perspectiva científica, es clara y categórica: no cabe en ninguna cabeza informada.
3Más precisión para una sociedad más segura
Las predicciones meteorológicas han experimentado avances notables en las últimas décadas, lo que ha contribuido significativamente a la seguridad y bienestar de la sociedad. Uno de los fenómenos meteorológicos adversos que evidencian esta mejora es la DANA, comúnmente conocida como «gota fría». En 1982, la tragedia de la Pantanada de Tous, desencadenada por intensas lluvias, señaló un punto de inflexión en la predicción meteorológica en España. La falta de advertencia oportuna llevó a una inversión sustancial en recursos científicos, tecnológicos y humanos. Hoy en día, los eventos DANA pueden ser pronosticados con alta fiabilidad varios días antes, lo que ha resultado en una reducción significativa de riesgos y daños.
Los huracanes son otro ejemplo de avance en la precisión de las predicciones meteorológicas. Hace tan solo tres décadas, las predicciones de trayectorias de huracanes tenían limitaciones, pero en la actualidad, estas predicciones han permitido evacuaciones masivas y salvado miles de vidas. La borrasca Filomena, en enero de 2021, ilustra aún más este progreso. Las predicciones anticiparon con precisión las intensas nevadas en la meseta sur, demostrando la capacidad de la meteorología para prever fenómenos inusuales y proporcionar a la sociedad la información necesaria para tomar medidas preventivas.