La transpiración y el aroma corporal forman parte de los procesos naturales del organismo. Es común y normal experimentar sudar, más o menos copiosamente, durante los meses cálidos o al realizar ejercicio físico, ya que el sudor contribuye a liberar toxinas. Además, es habitual transpirar en situaciones de nerviosismo o estrés.
Un aroma agradable puede ser una carta de presentación valiosa, puesto que crea una impresión positiva, incluso a nivel subconsciente. Nuestro aroma corporal es percibido por los demás, por lo que oler lo mejor posible nos parece fundamental. A continuación, exploraremos más sobre el olor corporal, sus cualidades y cómo mejorarlo de forma natural.
1TENEMOS DOS TIPOS DE GLÁNDULAS SUDORÍPARAS
La piel de una persona abarca una superficie de aproximadamente dos metros cuadrados. En cada centímetro cuadrado de piel, se encuentran unas 600 glándulas productoras de sudor. El aroma corporal surge como resultado de la actividad de las glándulas sudoríparas en el cuerpo, las cuales se dividen en dos tipos: ecrinas y apocrinas.
Las glándulas ecrinas se distribuyen por la mayor parte del cuerpo y se abren directamente en la piel. En momentos de aumento de temperatura, estas glándulas liberan líquidos con el propósito de refrescar el cuerpo, actuando como su sistema de enfriamiento. Este líquido contiene sales minerales y subproductos metabólicos provenientes de las funciones corporales. Estos subproductos se denominan metabolitos hidrófilos.