Las mañanas son la parte más importante de nuestra jornada, ya que el desayuno es el alimento más importante para arrancar el día con energía. Lo que te desayunes todos los días juega un papel fundamental en tu salud, tu motivación, tu concentración y tu productividad. Los alimentos nutritivos proporcionan energía y nutrientes que impulsan el funcionamiento adecuado del cuerpo durante toda la jornada.
Un desayuno nutritivo es clave para que estés lista a lo largo del día para abordar tus compromisos personales y profesionales con buen ánimo, energía, fuerza y concentración. Sabiendo esto, seleccionar los alimentos correctos para el desayuno es un paso fundamental para mejorar tu productividad y rendimiento académico o laboral. A continuación, conocerás mejor la importancia de un desayuno saludable y algunas recomendaciones para elegir los alimentos adecuados.
2Componentes de un desayuno nutritivo
Un desayuno saludable es aquel que contiene alimentos nutritivos y de diferentes grupos alimenticios como lo son frutas, cereales, grasas saludables y proteínas. Primero que tengas en cuenta es que el desayuno debe incluir alimentos ricos en carbohidratos, los cuales aportarán energía. Los carbohidratos simples como el azúcar, jarabe de maíz, mermelada y miel, entre otros, favorecen la producción de insulina, lo cual provoca una subida rápida de azúcar en la sangre, aunque luego, el nivel baje considerablemente.
Por esa razón, los hidratos de carbono de absorción lenta son mejores. Se caracterizan por contener una mayor cantidad de fibra y por una absorción más lenta, lo que contribuye a no subir los niveles de azúcar en la sangre. Entre los carbohidratos de absorción lenta puedes considerar los cereales en su versión integral como manzana y avena, pan o galletas de cereales, harinas e integrales, y pan de cereales o granos enteros.
Para completar tu desayuno saludable debes agregarle algunas fuentes de grasa y proteína saludable. Las fuentes de grasas saludables son aquellas provenientes de alimentos como semillas, aceite de oliva, aguacate, nueces y frutos secos. Las proteínas pueden venir de una cantidad adecuada de huevos, queso, yogur, leguminosas o carnes magras.
